Castilla y León

El aumento de la siniestralidad en las carreteras obliga a incrementar la vigilancia

Sen presidió este miércoles, la Comisión Autonómica de Tráfico, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible en la que, además de dar cuenta de un descenso en el número de víctimas mortales en las carreteras de la comunidad durante el pasado ejercicio, también puso de manifiesto su «gran preocupación» por la tendencia alcista de este año.

En relación a las cifras del pasado año 2023, la Comisión constató una reducción de un 12,7% en la siniestralidad mortal en las carreteras de la comunidad, año que se saldó con 119 fallecidos, 17 menos que en el 2022, en 107 accidentes mortales (-11,57%). No obstante, la coordinadora autonómica de la DGT en Castilla y León, Inmaculada Matías, puntualizó hay que poner en relación estos datos con el hecho de que el ejercicio inmediatamente anterior fue «especialmente negro en nuestras carreteras».

Mientras en todas las provincias se redujeron las cifras respecto a 2022, en León y en Soria la tendencia fue la contraria. La primera, con 25 fallecidos en sus carreteras, un 78% más, liderando la tasa de mortalidad de la comunidad, y en Soria, con un incremento de dos víctimas mortales, hasta las 16.

Burgos, a pesar de ser la segunda provincia con más fallecidos en carretera (18), fue una de las siete que anotó un descenso con cuatro menos al igual que Salamanca, uno menos (13); Zamora, cinco menos (12); Valladolid, siete menos (11); Ávila, cuatro menos (11); Segovia, tres menos (11), y Palencia, con seis menos (2).

La distracción fue el principal factor de los accidentes mortales y costó la vida a 59 personas. La velocidad inadecuada dejó 17 víctimas mortales y el cansancio o sueño 11. En cuanto al tipo de vía, las interurbanas se saldaron con 92 muertos, mientras que en las vías de alta capacidad 27 personas perdieron la vida.

La salida de vía es el tipo de siniestro vial más frecuente registrado en Castilla y León, alcanzando los 62 fallecidos, seguido de la colisión frontal (27). En comparación con 2022, destaca el descenso en el número de fallecidos en siniestros por colisión lateral (12) en un 40%.

En cuanto a la edad, los fallecidos se concentran principalmente en la franja de entre los 45 a 54 años, con un total de 37 víctimas, seguida de la de 55 a 64 años (21). Las franjas de 15 a 24 años y de 65 a 74 registraron 12 fallecidos cada una de ellas. El 76% fueron hombres.

Por lo que se refiere al tipo de vehículo en el que viajaban las víctimas mortales, el 56% (67) lo hacían en turismo, ocho en camión y seis en furgoneta. Los usuarios vulnerables representaron el 29% de los fallecidos (35), de los que 21 viajaban en moto, ocho eran peatones, cuatro ciclistas y dos circulaban en ciclomotor. En este punto, se puso de manifiesto la elevada tasa de víctimas vulnerables en la provincia de Ávila, que representa más del 50% de los fallecidos en carretera.

Por lo que respecta a los peatones, seis de las víctimas mortales se registraron en vías convencionales, y dos de ellas (Burgos y León) en autovía.

En la reunión se destacó como especialmente preocupante la falta del uso de los distintos dispositivos de seguridad detectados en los siniestros morales, especialmente en lo que se refiere al Sistema de Retención Infantil. Además, el 9% de los conductores fallecidos no llevaba puesto el cinturón de seguridad y sólo uno de los seis peatones fallecidos con obligación de usar el chaleco reflectante hacía uso de él.

Nicanor Sen presidió la Comisión Autonómica de Tráfico junto con la coordinadora autonómica de la DGT, Inmaculada Matías, y el jefe del sector de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) de Castilla y León, Francisco Iturralde.