Cada vez son más, los que atraídos por la belleza y singularidad de los espacios naturales de Castilla y León, se animan a practicar montañismo o senderismo, lo que incrementa la posibilidad de que se produzcan accidentes en terrenos escarpados y de difícil acceso. Desde ... 2018 a 2023 se han realizado 1016 rescates por equipos de intervención en montaña. En este sentido, la pandemia supuso un punto de inflexión a partir del cual aumentaron notablemente el número de intervenciones, pasando de 142 en 2019 a 224 en 2022. En el 2023 se ha visto un retroceso, hasta las 195, pero que sigue estando muy por encima de los datos pre-pandémicos.
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Los rescates de montaña requieren de una asistencia especializada y es el Centro Coordinador de Emergencias (CCE), dependiente de la Agencia de Protección Civil, que es el que se encarga de la coordinación integral del incidente, de la toma de decisiones y de la movilización de los medios. En función del aviso, de la valoración médica inicial, de la gravedad del incidente, de la meteorología en la zona y de los tiempos de respuesta, se asignará la intervención al Grupo de Rescate y Salvamento (GRS) de la Junta de Castilla y León o los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil. Cuando entra un aviso a través del Teléfono de Emergencias 112, el operador se encarga de clasificar el incidente y éste llega de forma simultánea a los diferentes organismos implicados: al Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil, al Centro Coordinador de Emergencias, a Emergencias Sanitarias y a los Bomberos.
El CCE está formado por un equipo multidisciplinar de 12 profesionales (geógrafos, meteorólogos, químicos, físicos, ingenieros, ingenieros de monte…) que trabajan con el único objetivo de garantizar una rápida respuesta y resolución a cada incidente, tratando de coordinar eficazmente los recursos y organismos involucrados. En 2023 coordinó 247 rescates de diversa índole. De ellos, 168 fueron en montaña, 39 en agua, 5 en cuevas y 35 en otros lugares.
«Los que son en lugares más accesibles pueden acabar siendo atendidos por otros organismos como el cuerpo de bomberos o patrullas de la guardia civil en colaboración con voluntarios. El resto son realizados por el equipo especializado de montaña. A raíz de la COVID hemos notado un aumento significativo en la realización de actividades al aire libre, lo que ha conllevado una mayor demanda de recursos para realizar este tipo de intervenciones y rescates de montaña», indica Mariano Blanco, coordinador del Centro Coordinador de Emergencias de la Agencia de Protección Civil y Emergencias. «Afortunadamente, la mayoría de estos incidentes son de carácter leve, como torceduras de tobillo y caídas al mismo nivel que pueden generar algún tipo de dolencia que impida caminar. Luego hay un pequeño grupo de incidentes más graves y difíciles de resolver, que corresponden a personas que se han precipitado desde otro nivel durante una actividad de escalada o de alpinismo», añade.
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En el periodo entre 2018 y 2023 se han llevado a cabo 1.016 rescates por equipos especializados en toda Castilla y León. La provincia en la que más rescates se han realizado es Ávila, con 345 (34%), seguida de León con 297 (29%) y de Segovia con 181 (18%). En cuanto a las zonas montañosas concretas, en torno al 70% de los rescates se concentran en la zona de Picos de Europa (León), en Gredos (Ávila) y en Guadarrama (Segovia), en ese orden. Hay también numerosos rescates en la zona norte de Burgos, en Sanabria (Zamora) y en Picos de Urbión (Soria). La época del año en la que más intervenciones se realizan es el verano. «No existe un perfil tipo de persona rescatada, ya que la casuística es muy variada. Lo que sí que podemos afirmar, es que los incidentes más leves suelen estar asociados a gente con menos experiencia y a la época estival, porque realizan actividades menos comprometidas, mientras que los accidentes más graves corresponden a personas que realizan actividades más complejas, como escaladores que intentan superar crestas o paredes y en época invernal», subraya el coordinador.
Tras valorar las características del incidente, desde el Centro Coordinador de Emergencias se decide qué recursos son necesarios movilizar. En la mayoría de los casos, quien acude es el Grupo de Rescate de la Junta de Castilla y León, dependiente de la Agencia de Protección Civil y Emergencias de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. Se trata de una unidad especializada en rescates de montaña o en zonas de difícil acceso, así como en entornos acuáticos y rescate vertical urbano. También interviene en la búsqueda de personas extraviadas.
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Este Grupo dispone de un helicóptero de salvamento Airbus H145, que tiene su base en la localidad vallisoletana de Alcazarén. «Este modelo de helicóptero es el más avanzado y mejor preparado para este tipo de intervenciones. La salida es inmediata. El tiempo de respuesta se mide en segundos», remarca Blanco. «En el CCE tenemos varios sistemas de obtención de coordenadas a través de móvil, de sistemas GPS o a través de la opción 'compartir ubicación' de Whatsapp. Esas coordenadas se las facilitamos al equipo de intervención. Al llegar al lugar y tras localizar a la persona que precisa asistencia, hay que diseñar en el momento cómo se va a abordar la intervención para llegar al herido lo más rápido posible», informa el coordinador del CCE. El primero en descender del helicóptero es el rescatador técnico y posteriormente el rescatador enfermero, que ofrece una primera asistencia sanitaria y tiene capacidad de aplicar analgesia y primeras curas, antes de que el accidentado sea evacuado de la zona y traspasado al personal sanitario de Emergencias Sanitarias de la Consejería de Sanidad.
La prevención, el mejor aliado de la seguridad en la práctica de deportes de montaña. El 90% de estos accidentes son evitables y vienen derivados de negligencias como la sobreestimación de las capacidades, la falta de equipo, la falta de planificación, no consultar las condiciones meteorológicas, improvisar la ruta o la temeridad de hacer escalada en zapatillas. «La prevención tiene que partir de uno mismo. Hay que ser conscientes de que la actividad se va a realizar en un medio que puede considerarse hostil, por tanto, hay que hacer una buena planificación. Debemos conocer cuáles son nuestras limitaciones y las de las personas que nos acompañan, llevar el material e indumentaria adecuados y llevar otros elementos imprescindibles, como pueden ser agua, una batería externa para el móvil, algún alimento, una manta térmica que en caso de accidente puede ser muy útil y una linterna», aconseja Mariano Blanco.
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