La atención se sustenta en un personal escaso, con 2.460 bajas laborales y con cambios de puesto

Con tal escasez de plantillas, la posibilidad de incrementar puestos de UCI no depende solo del espacio. Además, impera el desacuerdo con los representase de los trabajadores. Los sindicatos y Sanidad no llegan a un pacto sobre permisos, vacaciones o compensaciones.

Sacyl además ha recurrido a la movilidad entre especialidades e, incluso, entre hospitales. El problema de falta de personal es serio, por ejemplo, en el edificio Rondilla, donde algunos de los facultativos han vuelto a su hospital de origen.

En el Río Hortega, por ejemplo, se están haciendo cambios en las plantillas. Así «se reubica a los profesionales en los servicios donde más falta hace, ya que hay departamentos en los que ha bajado mucho la actividad por la pandemia y hay otros que, por este mismo motivo, están trabajando muchísimo», indican fuentes del hospital. Y añaden que «puede haber enfermeras de quirófano, que debido a que se han reducido las intervenciones a lo imprescindible, estén trabajando ahora en hospitalización covid. O médicos que se ofrezcan para ayudar donde haga falta. Por ejemplo, neonatólogos que estén colaborando en la UCI. Es algo normal dada la situación», destacan.