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La documentación interna de Sacyl revela cifras de profesionales en Atención Primaria difíciles de sostener. Entre los médicos de Familia y pediatras de equipo, es decir, titulares de una plaza concreta en un centro de salud determinado; los de área que trabajan en toda una ... zona sin cupo de pacientes propios y cubren mucha atención continuada, y las incapacidades temporales largas, las vacantes que soporta este primer nivel asistencial llegan a las 471 plazas. Son los datos que maneja la Consejería de Sanidad de principios de año, por lo que puede haber alguna variación; pero son los registros de partida de posibles futuros planes.
Castilla y León tiene 2.315 puestos médicos adscritos a sus zonas básicas de salud y 494 de área. Ambas categorías suman más de 300 puestos vacíos, además de unas 150 bajas laborales de larga duración. Suponen 471 plazas de médico sin cubrir, según esos datos de principios de año. Un hecho que es cambiante, sobre todo por las incapacidades transitorias, pero que suele moverse en esas cifras. De ahí que se calcule así para la planificación.
Pero, además, la Atención Continuada y el preceptivo descanso posterior a una guardia, implantado en 2010 por sentencia judicial, detrae importantes recursos a los centros de salud, «el equivalente a un centenar de médicos diarios», recoge la documentación de Sacyl.
Otro problema asistencial es que el reparto de profesionales y puntos asistenciales no está bien organizado y, simplificando, podría decirse que en algunos sobran y en muchos faltan. La zona de Valladolid Este es la que más plazas vacías sufre entre vacantes y bajas laborales, con 92, mientras que la Oeste, con 36, es una de las que mejores datos disfruta. También León (faltan 60 médicos), Zamora (57 plazas vacías) y Salamanca (51) tienen las plantillas especialmente desdibujadas. El resto de vacantes se reparten entre Ávila (20), Burgos (32), El Bierzo (23), Palencia (46), Segovia (30) y Soria (24).
Recoge la propia Gerencia Regional de Salud que, además «de una falta de planificación de los profesionales para reponer las jubilaciones previsibles, se han unido las malas condiciones laborales ofrecidas durante años». Y, en particular, las del profesional de área, «prácticamente la única salida laboral posible de los profesionales que terminaban su formación en esta comunidad, también ha contribuido al déficit de profesionales», aborda uno de los trabajos técnicos diseñados por la anterior Consejería de Sanidad y que sigue siendo base de los estudios actuales.
Además, el análisis posterior de otro informe, ya de principios del actual ejercicio, muestra la ausencia de relevo, que va a ser especialmente seria en 2023. El estudio de jubilaciones revela que, desde 2021 hasta 2025, habrá 1.031 jubilaciones (1.317 hasta 2031) y solo 674 residentes de Familia que finalizarán el Mir, que sería el máximo a incorporar, algo que nunca ocurre. Desde el actual ejercicio, en solo cuatro años, dejarán la vida activa 840 facultativos. Además, en enfermería, 577 sanitarios tienen actualmente más de 64 años.
Aunque desde esa fecha a la actualidad se han publicado 38 órdenes con modificaciones sobre demarcaciones asistenciales, en los últimos años, hasta 2019, apenas se ha hecho alguna modificación puntual ante algunas jubilaciones de los profesionales. «Esta falta de actualización regular ha llevado a la situación actual, en la que existen más de treinta demarcaciones sin titular, que no han sido ocupadas por ningún profesional en los últimos concursos de traslado, ni es previsible que lo sean.
Los pacientes son atendidos por otros profesionales, con la pérdida de la longitudinalidad, retribuidos por el concepto de 'acumulación' en lugar de normalizar la situación con su asignación a los profesionales reales que trabajan en la zona».
La reforma pasa por fomentar y facilitar cambios tecnológicos con sistema de información eficaces, teleasistencia, digitalización de radiografías, laboratorios... pero se impone, lo apunta el propio Sacyl, incrementar las plazas formativas de la especialidades en precario, entre ellas fundamentalmente la de médico de Familia; mejorar el atractivo de la AtenciónPrimaria, entre otros. Pero aunque se lograra incrementar tanto el número de especialistas y enfermeros como de los recursos técnicos para que desempeñen su labor, no hay estudio que no apunte a la necesidad de una reorganización asistencial. Los anteriores responsables de Sacyl pusieron en marcha el denostado y hundido Plan Aliste que arracó en dicha zona como experiencia piloto. El brusco cambio de Gobiero autonómico lo dejó en papel mojado. Con el nuevo y actual equipo se ha anunciado un plan; pero no se ha concretado en qué principios y bases se asentará.
Junto a todo este panorama de carencias, las exenciones de guardia que afectan a 743 médicos, el 31% de la plantilla, y el resto de permisos, que son numerosos por la edad media de los profesionales, tienen «como consecuencia que estas zonas básicas de salud puedan sufrir deterioro en la atención ordinaria y continuada, por lo que es necesario pensar en planes de contingencia que puedan solventar dichos problemas», recoge uno de los informes internos.
Y si bien es cierto que tanto en médicos como en enfermeros Castilla y León disfruta de las mejores ratios del país con 1,1 facultativos por cada mil habitantes, frente a la media nacional de 0,8, y con 0,9 enfermeros, frente al 0,7 del resto del país, sus marcadas peculiaridades de envejecimiento –y, por lo tanto, cronicidad– y dispersión ponen en jaque la organización asistencial.
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