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Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos, llegó a Valladolid con varias ideas-fuerza bien aprendidas: estabilidad del Gobierno en Castilla y León, cumplimiento del pacto, importancia de las vacunas. Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta, le añadió dos más al listado: exigir al Gobierno el ... reparto justo de los fondos europeos y la [inminente] eliminación del impuesto de sucesiones como summum del acuerdo político PP-Cs. Con estas premisas se articuló una jornada teñida de visita institucional en la que Inés Arrimadas pretendía ratificar, con su presencia, la buena marcha de la alianza. Aunque en realidad se quedó en una certificación para el PP, porque a los suyos ni siquiera los visitó. No hubo encuentro con los consejeros de Sanidad, Cultura e Industria, Verónica Casado, Javier Ortega y Ana Carlota Amigo. Con Igea sí, pero porque es el único 'igeísta' del Gobierno, él mismo, que aún ostenta la condición de procurador, así que participó en la reunión con los parlamentarios.
De hecho la primera foto, la del encuentro de Inés Arrimadas con Francisco Igea, debía ser solo apta para ojos afines, porque a los fotógrafos de prensa se les encerró en una habitación. El vicepresidente de la Junta recibía en la escalinata del edificio de Presidencia a la máxima dirigente de Ciudadanos y le hacía de cicerón hasta el despacho de Fernández Mañueco. Allí se reunieron los dos solos, sin el vicepresidente, como ya hiciera Arrimadas en su visita al Ejecutivo andaluz, donde departió a solas con Juanma Moreno Bonilla. En un territorio, por cierto, donde Fran Hervías, el ex jefe del entramado orgánico de Ciudadanos, tiene muchos contactos. Y donde será la próxima cita electoral tras lo de Madrid, en 2022.
Luego, durante la comparecencia, la presidenta de Ciudadanos le lanzó un par de alabanzas al que fue su rival en primarias y cuando se le preguntó por el futuro de Igea ofreció dos evasivas. En la primera, incrustada la cuestión en una serie de tres preguntas de El País, no respondió. En la segunda, cuando El Norte le preguntó por si Igea sería su cabeza de cartel en 2023 y, en caso contrario, cómo piensa promocionar a su coordinadora autonómica, Gemma Villarroel, se limitó al clásico «hoy no toca». «No hay nadie pensando en elecciones, estamos pensando en recuperación, el empleo y la tranquilidad de las familias, quedan aún dos años y saben cuáles son los mecanismos establecidos en los estatutos de Ciudadanos», respondió. Estatutos que recogen los procesos de primarias, que vuelven a la casilla de salida en Castilla y León con la decisión de un grupo de afines y ex militantes de recurrir el archivo del presunto pucherazo de aquellas elecciones internas entre Francisco Igea y Silvia Clemente.
«Uno a un lado y otro, al otro, Inés en el medio», colocaba el paseíllo una de las personas del séquito de Arrimadas al término de la reunión con su grupo parlamentario en las Cortes. Así que Luis Fuentes y Francisco Igea, uno a cada lado, escoltaron a la líder naranja camino al hemiciclo para hacerse una foto de grupo. Luego quiso posar ante el mosaico de Los Cántaros, que preside el enorme salón de plenos, «siglo IV, descubierto en 1953 en la villa romana 'de Prado', Valladolid», reza la placa de la entrada. No le hizo falta leerla. Luis Fuentes había ejercido de anfitrión, como buen presidente de las Cortes de Castilla y León, y le había explicado antes de la reunión cómo se había descubierto y trasladado la imponente pieza, calificada como Bien de Interés Cultural. «¡Qué bonito el hemiciclo, con esos techos altos!», comentaba a sus procuradores, Luis Fuentes y Marta Sanz a su derecha, Francisco Igea a su izquierda, en la Sala Cortes de León, donde se reunieron, mientras los fotógrafos retrataban el momento.
Le gustó el hemiciclo, e incluso en un primer momento, cuando Fuentes le enseñaba la casa de los castellanos y leoneses, se asomó a la tribuna de oradores, pero sin atreverse a subir. Luego, con los 11 procuradores presentes tras la foto de grupo, le tentaron con hacerse una allí. «No, no, le tengo mucho respeto», rechazó. Así que eligió hacérsela al pie del atril, con el fondo del mosaico. «Que se vea entero», pedía.
«Veintidós días hace desde el día que íbamos a venir», comentaba una de sus acompañantes a Luis Fuentes. «Y hay que ver todo lo que ha pasado», añadía. Una moción fallida en Murcia de la mano del PSOE, la caída de Cs en el Gobierno de Madrid, la moción del PSOE en Castilla y León, el transfuguismo revestido de abandono y posterior fichaje de Fran Hervías, la salida teatral de Toni Cantó para entrar triunfante y empadronado en la lista de Díaz Ayuso.
Para Inés Arrimadas y Alfonso Fernández Mañueco, sin embargo, nada de todo eso ha hecho mella en lo que era un matrimonio de conveniencia hace dos años y hoy apunta a amor verdadero. «Se ha demostrado en estos dos años que este acuerdo era bueno, estaba preparado para sobrellevar una situación tan dura y tan difícil como una pandemia a nivel mundial y hay un buen cumplimiento del acuerdo. Hay un buen acuerdo, buena ejecución, lealtad y estabilidad», dijo Arrimadas en una de las ocasiones en las que repitió el mantra de la jornada, que fueron muchas a lo largo de una rueda de prensa que comenzó 14 minutos tarde y en la que se apremió a los 'teleperiodistas' a terminar porque se le iba la agenda de las manos. «La gobernabilidad de Castilla y León está garantizada. Puedo afirmar que sigue garantizada y es importante para el bienestar de los ciudadanos», dijo otra vez. O también respecto a la relación con el PP de la comunidad, justo cuando los de Pablo Casado están enfrascados en plena ofensiva nacional contra Ciudadanos, con captación de cargos incluida. «El ambiente ha sido cordial, es muy difícil estar incómoda con alguien como el presidente Alfonso Fernández Mañueco, que en el trato es encantador y cercano, y hemos tenido muchas conversaciones y contacto directo en los últimos meses. No se ve lo que se ha visto en otros lugares –Murcia, se supone– y por tanto mi relación con el presidente es magnífica».
Así que los 22 días plagados de noticias políticas, con Ciudadanos en el eje de todas ellas, no tienen finalmente ninguna influencia en Castilla y León. «Ciudadanos va a seguir siendo un partido de centro, liberal y progresista, que es lo que se aprobó hace un año», insistió Arrimadas. E incluso defendió que tuviera un pacto de Gobierno en el Ayuntamiento de Burgos con el PSOE, la excepción en el panorama regional y nacional, donde la coalición con el PP como «socio preferente», como dejó dicho Albert Rivera, ha sido norma. «Ciudadanos es un partido de centro que puede pactar con socialdemócratas y conservadores. Es verdad que en Castilla y León los acuerdos principales son con el PP, que están dando estabilidad, pero como partido de centro podemos tener acuerdos con partidos socialdemócratas en los que se cumpla también lo establecido. Nos gusta pactar medidas, políticas», incidió antes de seguir una hoja de ruta que le llevaría a Palencia, donde Ciudadanos gobierna con tres concejales gracias a un acuerdo con el PP y al apoyo de Vox. Eso también lo obvió cuando dijo que «defender el centro político nunca ha sido fácil, es estar en posición de dificultad y cuanta más polarización haya en España más necesidad hay de centro político», quizá pensando en clave madrileña y en esa pinza PP-Vox que puede dejar a Ciudadanos sin representación en la Asamblea de Madrid.
Tras una reunión «cordial» con sus procuradores y un exhorto a «trabajar» mucho, salió rumbo a Palencia para visitar al alcalde y después asistir a la reunión del Comité Autonómico de Ciudadanos. Ese sin 'igeístas' que, tras la reorganización del partido el 15 de marzo, no cuenta con ningún representante en el Comité Permanente del partido pese a ser una de las dos comunidades en las que aún mantiene responsabilidades de gobierno.
La marcha de la procuradora María Montero del Grupo Parlamentario de Ciudadanos ha dejado al tándem de Gobierno con 40 procuradores, uno por debajo de la mayoría absoluta.Con Vox pidiendo elecciones y como amenaza electoral en lontananza, Alfonso Fernández Mañueco ha virado hacia Por Ávila para encontrar un socio firme. «Ahora estamos hablando con distintas fuerzas políticas, pero con Por Ávila tenemos relación más fluida», admitió el presidente. Para el líder del PSOE, Luis Tudanca, la visita de Arrimadas «certifica la defunción de Ciudadanos como proyecto político y cómo se ha echado en manos del PP de forma obscena».
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