Araceli Mangas posa en la biblioteca de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. JOSÉ RAMÓN LADRA

Araceli Mangas: «La clave es el conocimiento, no los títulos»

La vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas defiende que «hay un europeismo callado, silencioso. La gente sabe que este es un buen sistema»

J. I. Foces

Valladolid

Sábado, 29 de enero 2022, 08:22

He aquí la salmantina contemporánea de mayor proyección internacional en el ámbito del Derecho e indiscutible referencia europeista. Araceli Mangas (Ledesma,Salamanca, 1953), reciente Premio Pelayo para Juristas de Reconocido Prestigio, galardón que se une a una trayectoria académica que se inició en la Universidad ... de Salamanca, de la que es catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, cátedra que también desempeña en la Universidad Complutense. Cátedra Jean Monnet en Salamanca, primer Centro de Excelencia de la Comisión Europea en España, Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades 2017 y doctora Honoris Causa por la Universidad argentina de Córdoba, acaba de ser nombrada vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

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–Llevamos tiempo de continuos y feroces ataques a la idea de una Europa unida. ¿Es lo que toca por el auge de los populismos y los lodos de aquellos polvos austericidas de 2008?

–En la UE siempre ha habido una línea de crítica, incluso dentro de los europeistas, tratando así de forzar nuevas dinámicas, pero es verdad que en los últimos años le han surgido enemigos importantes. Los populismos está claro. Luego, además, surgieron problemas internos gravísimos, como el Brexit y la crisis de los refugiados, en la que la gente pensó que la UE tenía que haber dado otro tipo de respuesta. Y hay estados miembro que nunca han planteado marcharse, pero que han sido quintacolumnistas, que han creado problemas muy graves. Tenemos los adversarios, incluso los enemigos, dentro.

–Alarmante situación, entonces.

–Me preocupan más los enemigos internos, esa desafección que hay de la democracia en antiguos países comunistas, que creíamos que habían hecho bien la conversión a la democracia y al libre mercado, y lo que ocurre en Polonia, Hungría, Rumanía y Bulgaria es muy peligroso.

–¿A qué está abocada la UE con esos enemigos dentro?

–No quiero extremar la idea de que haya peligro en la UE, salvo que hubiera una guerra, un cataclismo extraordinario. La Unión Europea, aunque tenga defectos, es uno de los mejores sistemas que ha conocido la civilización humana de relaciones entre pueblos y estados, que nos ha dado la mayor etapa de paz, libertad y prosperidad a los europeos.

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–La presidenta del Parlamento Europeo se estrenó hace días con esta advertencia: «La regresión de derechos en Europa es intolerable». ¿Tan mal estamos?

–Creo que tiene razón. No es una frase apocalíptica porque desde dentro de la propia UE hay quintacolumnistas, un caballo de Troya, varios estados del antiguo Este comunista que reniegan de la democracia y quieren volver al autoritarismo. La negación del Estado de Derecho, de que los políticos no tienen que someterse a reglas, es el fin de la democracia.

La catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales. JOSÉ RAMÓN LADRA

–¿Sería recomendable una política que incidiera más en la concienciación de los ciudadanos sobre las bondades de la UE?

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–Sí es necesario, pero eso no es obstáculo para hacer más cosas.

–¿Por ejemplo?

–Tampoco hay que hacer cursos de propaganda europeísta. La gente no es tonta. Cuando ocurrió el Brexit la gente se extrañaba de que el Reino Unido se hubiera dado ese tiro en el pie, salir de la Unión y de una serie de beneficios, con lo que se ha visto que han tenido problemas y los van a seguir teniendo. Hay un europeismo callado, silencioso, y la gente sabe que este es un buen sistema. ¿Mejorable? Claro que sí. Y de hecho es mejorable porque hay muchas reformas.

–¿Está justificada esa cierta sensación de orfandad que ha dejado la marcha de Ángela Merkel?

–Sí, porque la señora Merkel ha ido de menos a más. Al principio, me refiero al 2008, no fue capaz de ver las consecuencias de las medidas de austeridad, pero hacia 2012 fue consciente de que no bastaba solo con la austeridad. Hay que reconocerle que a partir de 2012 cambió y se dio cuenta de la importancia que para Alemania tiene Europa, de que la única Alemania posible y fuerte en el mundo es una Alemania europea. Se echó la Unión Europea a sus espaldas.

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«Que el comercio de la Unión Europea, incluso de Estados Unidos, dependa de China es muy peligroso»

ARACELI MANGAS

Vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

–Usted ha alertado de que la pandemia «agravará el populismo y la amenazante extrema derecha». ¿Le está dando el tiempo la razón?

–Sí. En España y también en otros países europeos, la pandemia ha aumentado la crisis de confianza que había sobre la democracia en buena parte de la población. Y luego, también, el colapso económico. Porque el populismo se había alimentado del 2008 al 2018 por la crisis económica. Las clases medias sufrieron mucho con la crisis del 2008 y estaban ya desconfiando mucho de la globalización. Pero ahora, con lo que ha sucedido en la pandemia se han dado cuenta de que la globalización tiene un mal que es peligroso: la hiperespecialización, que nos ha hecho a nosotros, los europeos, incluso a Estados Unidos, casi colonias de China, de los asiáticos, de aquellos países que tienen las materias primas. China controla las suyas y las de países terceros.

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–La falta de material sanitario...

–Y no solo, sino todo el material comercial, incluso en la posibilidad de crecer tecnológicamente. Dependemos por completo y estamos pillados totalmente por China. Esa batalla la hemos perdido y nos va a costar mucho recuperar y volver a tener producciones en todos los ámbitos. Mientras las cosas iban bien, estábamos contentos, pero que el comercio de la UE, incluso de EE UU, dependa de China es muy peligroso.

Araceli Mangas. J. R. LADRA

–¿Y eso no tiene remedio?

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–Lo tiene si empezamos a cambiar el modelo, el tejido industrial. Sobre todo convencer a la población de que hay productos necesarios que debemos producirlos aquí, debemos tenerlos aquí. Lo que no puede ocurrir es lo que sucedió al principio de la pandemia, que no había ni una sola fábrica de paracetamol en la UE.

–¡En 27 estados!

–Salvo, curiosamente, la Farmacia Militar en España, que produce paracetamol para el Ejército y permitió sacarlo también para la población civil. No podemos improvisar las medicinas, ni la alimentación de la gente, ni aquellos elementos que son necesarios para tener una estabilidad. Hemos de pensar que tenemos una economía que, en caso de resistencia a una situación complicada, apenas nos daría para sobrevivir unas semanas. Somos débiles y eso lo saben muy bien China y Rusia.

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–¿Heredarán los jóvenes un mundo peor?

–Tampoco se trata de decir eso, pero depende mucho de lo que hagamos frente a la recuperación de la pandemia, que no ha terminado. Es verdad que si hiciéramos bien los deberes todos, incluida la oposición, en relación con los fondos de recuperación europea, esto puede ser como el Plan Marshall. Pero hay que hacer las cosas bien.

–Y hacer las cosas bien consiste en...

–Partiendo de que tiene que haber diálogo, entendimiento, educación mínima entre oposición y gobierno para hacer las cosas bien porque esos fondos pueden ser un buen trampolín para facilitar en 10 o 15 años que los jóvenes puedan incorporarse...

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–¡Pide usted milagros!

–Ya, pero es inaceptable lo que están haciendo.

–¿Quiénes?

–Unos y otros, la culpa es al 50%. Está claro que las generaciones más jóvenes pueden tener una vida peor, pero dependerá de lo que ahora haga la generación que está en el poder, y digo gobierno y oposición, porque la oposición forma parte del sistema. Tanto oposición como gobierno han de ser conscientes de que no se puede sostener un país con un 16% de paro, es inaceptable. Es un problema que siempre golpea a la gente joven, cuya formación es esencial.

La vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. JOSÉ RAMÓN LADRA

–Formación, he ahí la cuestión.

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–Lo que no puede ser es estemos pensando solo que es el turismo lo que salva a España. El turismo es un buen sistema de ingresos y podemos seguir explotándolo porque es un recurso natural que tenemos, agrandado con la infraestructura hotelera. Pero no podemos vivir solamente del turismo. Tenemos que formar a la gente para pensar en otro tipo de industria y que ella se preste también a esa formación. Muchos jóvenes el problema que tienen es que solo saben llevar una bandeja. O incluso el ladrillo. El ladrillo y la bandeja. Y, claro, así una sociedad no cambia su suerte.

–Pero desde hace ya años se nos insiste en que tenemos la generación joven mejor formada...

–Tener muchos títulos universitarios no significa haber obtenido una buena formación. En mi época, la juventud sí era consciente de que la formación era el ascensor social. Y sigue siéndolo porque sigue habiendo mucha gente joven muy bien formada, pero hay una masa muy importante de gente joven, como la de 30 a 45 años, que no encuentra trabajo porque no está capacitada para casi nada. Pero no creo que se les tenga que llevar a la conciencia de que no tienen posibilidades: tienen muchas y depende de ellos y, también, naturalmente, de las estructuras de poder y de la confianza en el tejido empresarial español.

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«Es inaceptable lo que están haciendo gobierno y oposición con los fondos de recuperación. La culpa es al 50%»

ARACELI MANGAS

Vicepresidenta de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

–¿Qué horizonte vislumbra?

–España tiene que hacer una gran revolución industrial y sin los jóvenes eso no se hace, sin su formación no se hace. Tienen que tener conciencia de que, más allá de que su universidad sea mejor o peor, ellos tienen libros y tienen que utilizar adecuadamente Internet. El conocimiento es la clave, es la riqueza de hoy en la Europa de las naciones.

–Hay una generación que ha nacido, crecido y formado en un mundo completamente internetizado. ¿Hace falta ayudarles a bajar de la red al suelo?

–No, yo creo que el uso de las tecnologías es bueno. Otra cosa es para qué las usan. Si lo hacen solo para ver modelos de 'influencers' o el insulto en las redes sociales, consolidando otra forma de autoritarismo, estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado.

–Pero se transmite a los jóvenes que el 'influencer' gana dinero...

–La formación no está en seguir a los 'influencers' sino en utilizar todos los recursos que tiene Internet. ¡Y se tienen gratis! Muchas bibliotecas están completamente digitalizadas y ahí pueden leer sin tener que desplazarse a ningún sitio. La gente joven debería aprender porque cuando uno tiene conocimiento, las empresas lo captan enseguida. Más que los títulos, si tiene amueblada la cabeza. Los títulos a mí muchas veces no me dicen nada en la gente, pero en una conversación ves si una persona tiene la cabeza amueblada y eso es lo que va a misa. ¿Por qué gente que hace Filología Clásica obtiene fácilmente trabajo y no me refiero a dar clases de latín o griego?

Araceli Mangas. J. R. L.

–Usted dirá

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–Porque tienen la cabeza muy bien amueblada. Muchas veces, Recursos Humanos quiere gente formada en Humanidades, con buen conocimiento de las virtudes del ser humano. Una buena formación sigue siendo clave. La riqueza de las naciones es el conocimiento y estar bien organizados. Y en España el problema que tenemos es que no estamos suficientemente bien organizados. No somos África ni algunos países de América Latina...

–Claro, estamos mejor, ¿no?

–Estamos mejor que ellos, pero aún así tenemos un recorrido importante para mejorar la riqueza de una buena administración. Y luego, sobre todo, convencer a la gente de que la clave es el conocimiento, no son los títulos. Las empresas son listas y lo que buscan es capacitación, no tanto títulos. Cuando no hay conocimiento no es fácil encontrar trabajo.

–¿Tantos años de actividad docente e investigadora en Derecho y en la idea europeista le han permitido pararse a reflexionar en qué quiere ser de mayor?

–Pienso mucho en los problemas de la sociedad y lo que querría ser es alguien con capacidad de decir lo que sé como profesora y transmitirlo a la sociedad de una manera práctica, y ayudar a formar opinión.

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