Eduardo Carazo, Conrado Íscar y Mercedes Cantalapiedra, con los carteles de la campaña contra el decreto ómnibus del Gobierno de Pedro Sánchez. El Norte

La aprobación del decreto ómnibus interrumpe la ofensiva del PP de Castilla y León

Los diputados nacionales presentaron una recogida de firmas en todas las provincias mientras los senadores aprobaban una moción para forzar al Gobierno a trocear el decreto

Antonio G. Encinas

Valladolid

Martes, 28 de enero 2025, 20:07

Jesús Julio Carnero, alcalde de Valladolid, tenía cita exprés en el Senado. Ida, voto y vuelta. Todos los senadores del PP tenían, hoy, una cita en el Senado. Alicia García, ex consejera de Familia de la Junta de Castilla y León y hoy senadora, salía ... al atril de la Cámara Baja para acusar a Pedro Sánchez de «mangonear a los españoles».

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«Exigimos que aparque su arrogancia para aprobar en el Consejo de Ministros de hoy las tres medidas que ofrecemos desenredadas de sus trampas y chantajes», lanzaba. Por eso estaban citados todos en esta sesión extraordinaria. Para realizar una demostración de fuerza y aprobar una moción «por la que se insta al Gobierno a aprobar exclusivamente las medidas que mejoren la vida de los españoles». Resultado: 146 votos a favor, 91 en contra y seis abstenciones. Los 145 del PP (8 telemáticos), más del de la senadora de Unión del Pueblo Navarro. Se abstuvieron tres senadores de Vox y tres de Junts.

El mismo mensaje, dentro de la ofensiva política, lo articulaban el presidente provincial del PP en Valladolid, Conrado Íscar, y los diputados Eduardo Carazo y Mercedes Cantalapiedra, en una rueda de prensa a las 11 de la mañana. «Hoy en el Consejo de Ministros pueden aprobar separadamente esos reales decretos para que en un mes se puedan convalidar, contarían con los votos favorables del PP para pensiones, ayudas al transporte y ayudas por la dana», retaba Carazo. Y los tres posaban para la foto con dos cartelones con el triple sí de Feijóo a esos tres aspectos y una petición de change.org con el título «Sánchez, deja de chantajear a los españoles».

Lo mismo había reclamado el PP de Burgos el día anterior. Y el PP de Palencia. Y el de Zamora. Y el de León. Y el de Segovia. Y Tomás Cabezón, diputado por Soria. Alfonso Fernández Mañueco había firmado la petición del PP en change.org: «Ya he firmado para exigir a Sánchez que apruebe la subida de las pensiones, los descuentos al transporte público o un apoyo a Valencia como se merece. Sin chantajes ni amenazas. Te invito a sumarte a esta iniciativa ante el irresponsable Gobierno de Sánchez que utiliza a las personas mayores y a las familias como moneda de cambio. ¡Inadmisible!», escribía en la red social X. Una petición que el PP iba a replicar en las calles, con mesas para la recogida de firmas en cuanto la climatología diera una tregua, mientras se animaba a firmar en la plataforma change.org o incluso en las propias sedes.

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La caída del decreto ómnibus, explicó el diputado vallisoletano Eduardo Carazo, afectaría «a 126.000 pensionistas de Castilla y León y a 63.000 abonos de Renfe». Y añadía: «La Junta mantiene los descuentos al transporte. Y el Ayuntamiento, al transporte urbano. Las ayudas de la Junta tienen vocación de continuidad. Las del Gobierno llegaban hasta junio».

Pero tras el Consejo de Ministros llegó la noticia de que el Gobierno iba a poder sacar adelante el decreto. Con matices. La negociación con Junts había fructificado y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iba a anunciar que se llevaría de nuevo a Pleno en el Congreso cuanto antes para validarlo. Turno para la contrarréplica de los socialistas. La burgalesa Esther Peña, portavoz de la Ejecutiva Federal, obviaba las modificaciones del decreto: «Ahí está el PSOE. En las soluciones», escribía. No hubo mucha algarabía en las filas socialistas después del anuncio de Sánchez. Más bien silencio, incluso en aquellos acostumbrados al tuiteo compulsivo.

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En el PP, al que le tocó salir a responder fue Borja Sémper. Que marcó la nueva línea argumental de los populares. Para empezar, que habrá que conocer el nuevo texto del real decreto, ya que se anticipan algunos cambios importantes en la letra. Luego, que el Gobierno se encuentra en una tesitura de inestabilidad permanente y condicionado por las exigencias de los nacionalistas. Y por último, que lo que Sánchez consideraba que no iba a suceder, que se «troceara» el decreto ómnibus, se ha troceado. «Lo que es una realidad es que nos ha mentido a todos porque dijo que no se podía trocear el decreto y hoy sabemos que lo ha troceado».

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