Alicia García, de la hornada de Herrera a portavoz en el Senado con Feijóo

Esa encomienda como responsable de las políticas de Mujer e Igualdad fue el primer cometido político autonómico que tuvo la nueva portavoz del PP en el Senado. Una oportunidad que le llegó a Alicia García en el Gobierno que Juan Vicente Herrera conformó en 2007 cuando quien se hizo cargo de la Consejería de Familia, César Antón, la incorporó a su equipo como Directora General de la Mujer. Había sido durante los cuatro años anteriores concejala del PP en Ávila. Esa nueva responsabilidad acercó a Alicia García a Valladolid, ciudad en la que han crecido sus tres hijas.

De su etapa como directora general de la Mujer es la Ley de Lucha contra la Violencia de Género que se aprobó en 2010 en Castilla y León. Alicia García ascendió en los siguientes gobiernos de Herrera, en 2011 y 2015. Primero fue consejera de Cultura y Turismo y después, de Familia e Igualdad de Oportunidades. En periodo trabajó a su lado, como director general de Juventud, un diputado que apoya en el día a día la labor de Miguel Tellado, nuevo portavoz del PP en el Congreso. Es el vallisoletano Eduardo Carazo. La política teje hilos que se cruzan, anudan y desanudan entre elección y elección.

La senadora abulense es una dirigente de mucho trabajo interno, que sabe dialogar y que es cercana en el trato, pero que no se sentía cómoda en el tú a tú parlamentario. En las Cortes autonómicas y en las ruedas de prensa era de llevar papel, con datos, ideas, argumentos escritos. Un déficit en su vertiente de oradora que ha ido superando, sobre todo en la última etapa como diputada desde 2019 hasta el pasado julio, y en la zambullida que tuvo que hacer a marchas forzadas como candidata del PP a la Alcaldía de Ávila en la municipales de mayo, donde intentó reforzar su perfil abulense tras una trayectoria de años residiendo fuera con una campaña exigente, puerta a puerta. Alicia García ha afilado su perfil político en los últimos años. En el Congreso ha abordado con soltura asuntos como el de los trenes de Feve que no entraban por los túneles.

No logró ser alcaldesa de Ávila en mayo y era hasta este momento portavoz de la oposición municipal y senadora. Alfonso Fernández Mañueco repescó para la Cámara Alta en julio a alcaldes que dejaron de serlo, como el palentino Alfonso Polanco y la arandina Raquel González, y también a candidatos que no lograron el premio del bastón municipal, como Alicia García. El escaño senatorial que podría entenderse entonces como un premio de consolación para estos dirigentes se ha transformado, en el caso de al abulense, casi en el Gordo navideño adelantado tras la decisión de Feijóo de encomenzar a la exconsejera de Herrera el mando del grupo parlamentario.

La nueva portavoz del PP en el Senado es integrante de la hornada de dirigentes populares surgida del herrerismo y la forma centrada con la que el expresidente de Castilla y León enfocaba el día a día. García ha logrado dar el paso al mañuequismo, superado una etapa de purgatorio político que el actual presidente de la Junta y del PP aplicó a los consejeros y parlamentarios que en el momento del relevo de Herrera, en 2017, se posicionaron a favor de Antonio Silván. Eso es hoy agua pasada. «¡Enhorabuena a Alicia García! Su elección como portavoz del Grupo Popular en el Senado es una magnífica noticia para Castilla y León. Atesora experiencia y méritos suficientes para desarrollar esta nueva responsabilidad. Será también una extraordinaria representante del grupo de senadores de nuestra tierra, el más nutrido en la Cámara Alta», ha trasladado Alfonso Fernández Mañueco tras conocer el nombramiento de la abulense.

Juan Vicente Herrera no dejó a sus últimos colaboradores al albur de la helada política cuando decidió hacerse a su lado. Cerrada su etapa en la Junta, las consejeras Milagros Marcos y Alicia García recalaron en el Congreso de los Diputados representando a Palencia y Ávila. Desde ese escaño vivió la nueva portavoz en el Senado la convulsa transición de la etapa de Pablo Casado a la de Feijóo, con una posición inicial de apoyo a quien fuera también diputado por Ávila.

Concejala, directora general, consejera autonómica, procuradora, diputada, senadora y ahora portavoz en el Senado. Esa es la escalera en la política profesional que ha ido subiendo, peldaño a peldaño, Alicia García desde 2003. Entonces tenía mando en plaza en el PP el poderoso 'Clan de Ávila', con Feliciano Blázquez (padrino de José María Aznar) o el exministro Ángel Acebes marcando pautas propias al margen de la dirección autonómica del partido. En plena colisión entre el 'Clan de Ávila' y Juan Vicente Herrera a cuenta de las cajas de ahorro (el burgalés perseguía fusiones para lograr una gran caja en Castilla y León y el PP abulense se inclinaba hacia Caja Madrid), el Centro Cultural Miguel Delibes albergó un congreso regional del PP. Era octubre de 2008. Herrera hizo vicesecretaria de Relaciones con la Sociedad del partido en Castilla y León a Alicia García. Los hombres que pitaban en el PP abulense recibieron la noticia en el vestíbulo sin hacer aprecio, casi con desdén, ocupados en cómo iba a quedar «lo de las cajas» en la ponencia política que salía de aquella cita. No consideraban a Alicia García de los suyos y se notó.

Esa joven dirigente que ganaba peso sorpresivamente en aquel PP de Juan Vicente Herrera lo hace sorpresivamente ahora en el que capitanea Alberto Núñez Feijóo.