Protesta de los equipos de extinción por las calles de Valladolid en 2021. Jonathan tajes
Incendios forestales

La sequía contribuye a multiplicar por diez la superficie arbolada quemada en enero

En enero se quemaron 1.809 hectáreas, un 132% más que la media de los últimos diez años

Antonio Corbillón

Valladolid

Sábado, 19 de febrero 2022, 08:19

La sequía del mes de enero ha tenido un fuerte impacto en la cifra de incendios forestales en Castilla y León. En el primer mes del año se han quemado 1.809 hectáreas, un 132% más elevada que la media de los últimos diez años. El dato es todavía más relevante si la comparativa se centra en la superficie arbolada quemada: las 349 hectáreas arrasadas en estos 31 días multiplican por diez la media del periodo 2012-2021 (31 hectáreas).

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Otro dato revelador del periodo de sequía que viven los bosques de la región es que el índice de eficacia del arbolado quemado ha crecido un 478% (de 0,47% a 2,77%). Este dígito refleja la superficie arbolada media que ha ardido en cada foco. Suele utilizarse para valorar la capacidad de reacción rápida de los medios de extinción a igualdad de condiciones meteorológicas y de combustible. Los informes mensuales de la Consejería de Medio Ambiente destacan otro dato llamativo sobre la situación 'flamígera' de las masas forestales. El número de conatos de incendio casi se ha duplicado con una media de cuatro focos diarios (128 en total). En la última década no pasaba de dos al día (66 siniestros).

Los expertos llaman a estos procesos la 'paradoja del fuego'. «Cuanto más actuamos sobre los incendios de pequeñas dimensiones, mayor es el potencial y la probabilidad de que se formen cada vez más grandes», explica el portavoz de Bomberos Forestales en Lucha, Miguel Gallaba. El más grave arrasó el pasado mes más de 1.400 hectáreas en la localidad zamorana de Hermisende. Para luchar contra las llamas hubo que recurrir a medios aéreos llegados desde Torrejón de Ardoz (Madrid) y brigadas terrestres gallegas.

Gran parte del territorio de la Meseta se enfrenta a condiciones de extinción muy complejas con humedades relativas bajas, fuertes vientos y vegetación hídricamente muy estresada. «Estas condiciones que suelen darse en agosto, están produciéndose en febrero», advierten los Bomberos Forestales en Lucha.

Sequía extrema y combustible

Medio Ambiente decidió ampliar la declaración de peligro medio de incendios forestales hasta el 17 de febrero. «A pesar de las lluvias de estos días pasados, la precipitación no ha caído de forma generalizada y continúan las condiciones de sequía extrema del combustible en muchos territorios», indican desde la consejería.

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En la administración regional insisten en que «el personal de guardia de agentes medioambientales se mantiene activado de forma diferencial en las zonas con más riesgo y escasez de precipitaciones». Una alerta que también incluye «medios aéreos, cuadrillas helitransportadas y terrestres contratadas por la Junta». Además se han suspendido los permisos para la quema controlada de rastrojos.

Fuentes de los equipos de extinción niegan que la mayoría de estos equipos estén operativos. «Gran parte de los bomberos forestales estamos ahora en el paro, como todos los años por estas fechas», indica Gallaba. Según sus datos, las brigadas helitransportadas solo tienen operativos en esta fase de peligro extremo a cinco de sus 15 a 20 trabajadores habituales por equipo. Las autobombas solo disponen de una persona de guardia y los retenes de tierra y torretas de vigilancia «están sin trabajo, prácticamente ninguna está operativa».

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También para el coordinador de agentes ambientales de CCOO en la región, Ricardo Fernández, «lo ocurrido en Hermisende es la prueba de lo que está pasando con unos operativos insuficientes y subcontratados». Desde su puesto en los montes de El Bierzo, Fernández habla de «condiciones terribles» y denuncia que «Castilla y León es una isla de explotación laboral rodeada de regiones profesionalizadas». Se refiere a los operativos de Asturias, Galicia y Castilla-La Mancha que sí cuentan con bomberos reconocidos, formados y con contratos públicos. Este profesional, camino de la jubilación, insiste en que estos trabajadores llevan 30 años reclamando «un sector público, que trabaje todo el año y bien dotado».

Los agentes de los montes denuncian también que «la carencia de personal y de planificación evita que puedan realizarse durante los meses de invierno y primavera los tratamientos selvícolas enfocados a la prevención».

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Es la misma demanda que expresa el catedrático de Ingeniería Forestal de la Universidad de Valladolid, Felipe Bravo, quien reclama «más selvicultura para prevenir los grandes incendios por acumulación de combustible». De lo contrario «si no lo tratamos nosotros, lo hará el medio con más incendios y bosques secos».

En los programas electorales de la campaña recién finalizada para Castilla y León, Unidas Podemos era el único partido que incluía en su programa la creación de la figura del bombero profesional. El resto hablaba, de forma genérica, de mantener y potenciar los actuales programas de lucha contra el fuego.

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