4.235 ludópatas de Castilla y León se autoprohíben el acceso a salas de juego

El Consejo de Políticas del Juego abordó en su última reunión el régimen jurídico de los registros para que intercambien datos y que la prohibición de jugar en salas de una región se haga extensiva a todas las del país. «Cada comunidad tiene su regulación propia, y se trata de que haya una unificación normativa, de modo que alguien que se autoprohíba jugar en Castilla y León tampoco pueda hacerlo en Madrid o de Murcia, algo que no sucede ahora», explica Máximo López, director de Relaciones Institucionales de la Junta de Castilla y León.

Desde la Federación Castellanoleonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados ven con buenos ojos la coordinación de registros, una vieja demanda. «Tienen que unificarse, lo llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo», afirma su presidente, Ángel Aranzana. «Además, habría que volver a la norma anterior que exigía dos firmas –la del afectado y la de un tutor– para poder salir del registro». La autoprohibición tiene una vigencia mínima de seis meses y supone un freno, «algo que no se da en los bares con las máquinas tragaperras», lamenta Aranzana. «Hemos pedido que se exiga algún tipo de identificación, pero no hay forma de que lo hagan».

Unas 850 familias reciben tratamiento actualmente en las cinco asociaciones que integran la Federación Castellanoleonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados. Casi el 47% de los nuevos ingresos tienen su origen en la adicción al juego 'on line', una dependencia creciente en víctimas y demanda de ayuda. «El otro día impartí una charla en un aula de primero de bachillerato y casi toda la clase reconoció haber jugado en apuestas a través del móvil», revela Aurora Maiso, coordinadora del colectivo El Azar, de Palencia.

En la asociación vallisoletana Ajupareva han entrado este año 52 personas para someterse a tratamiento, casi la mitad enganchadas a apuestas por Internet. «Este año tenemos menos pacientes que en ejercicios anteriores por la covid», alega Aranzana, quien sitúa en un 80% la cifra de jugadores que dejan de serlo gracias a las terapias. La lucha ahora, asegura, se centra en el 'juego on line', en la esperanza de que se apruebe una ley de publicidad y en intensificar las campañas de prevención.