Caridad y servicio

El lema siempre ha sido Caridad y servicio, es decir, caridad haciendo un servicio. Bajo esta filosofía se creó el Banco de Alimentos de Valladolid hace 20 años y aún hoy la mantiene. Nació la entidad a finales de 1996 de la mano de Mariano Posadas y de un grupo de amigos que decidieron abrir un Banco de Alimentos en la ciudad. «Pensaban que había mucha necesidad y que era una labor social y caritativa importante. Les ilusionó hacer el bien por los demás», explica sobre aquellos inicios el presidente de la Fundación Banco de Alimentos, Jesús Mediavilla. La labor principal es recepcionar todos los alimentos que donan las empresas agroalimentarias, recopilar las donaciones que realizan tanto personas físicas como otras empresas para la compra de alimentos básicos y realizar campañas y actividades para recaudar fondos con este mismo fin.

El objetivo es gestionar los alimentos básicos necesarios para que una persona pueda alimentarse y además, en unas condiciones buenas para que a los niños no les falten vitaminas o nutrientes esenciales.

El Banco de Alimentos de Valladolid realiza más de 400 acciones a lo largo del año. La gran mayoría, en Navidad, la época en la que hay un mayor consumo y en la que se pretende que a ninguna familia le falte en casa ningún alimento o los típicos dulces navideños. Asociaciones, entidades y empresas de la provincia también realizan acciones solidarias como campañas de recogida de alimentos.

Se encarga también la Fundación de gestionar y repartir el Fondo Español de Garantía Agraria del Ministerio de Agricultura, que realiza tres envíos al año con una suma total de 600 toneladas de alimentos no perecederos.

En total, la entidad atiende a 17.000 personas al año de la ciudad y de la provincia a través del reparto a 153 entidades de 3.000 toneladas de alimentos. Para realizar este trabajo, cuenta con 80 voluntarios que hacen labores a diario y cerca de 2.000 personas voluntarias que participan en actividades especiales como la Gran Recogida a finales del mes de noviembre.

Unidades de transporte

Dispone el Banco de Alimentos de dos naves en el Callejón de la Alcoholera, destinadas a almacenar productos no perecederos de los que se tiene un gran stock, así como los embalajes, cartonajes y palés que se utilizan en las recogidas. Además, se cuenta con cuatro unidades de transporte y una pequeña furgoneta.

En las tres naves de la calle Vázquez de Menchaca, en el Polígono de Argales, con unos 900 metros cuadrados cada una de ellas, los voluntarios se encargan de clasificar los productos por tipo y por fecha de antigüedad o consumo preferente, y de su colocación en estanterías. El objetivo es que en el reparto posterior haya una rotación permanente de productos.

Para realizar este reparto, se utiliza un programa que calcula el coeficiente de alimentos que se entrega por persona y son 153 entidades las que se encargan de ir a recoger los pedidos y hacérselos llegar al usuario.

Tiene previsto el Banco de Alimentos hacer una recogida próximamente en todos los supermercados a través de la Asociación de Empresarios de Supermercados de Castilla y León (Asucyl). El objetivo es aprovisionarse de productos y llenar las estanterías ante la inminente llegada del verano, una época en la que desciende la entrega de alimentos mientras que el consumo de las familias se mantiene.

También tiene previsto realizar la campaña de recogida de leche Ningún niño sin bigote en las oficinas de La Caixa y recoge donaciones de pañales que entrega a la Fundación Red Madre.

Todo esto es posible, según explica el presidente del Banco de Alimentos, Jesús Mediavilla, porque la gran mayoría de las empresas agroalimentarias asentadas en Valladolid y provincia hacen donaciones. «Valladolid es una de las ciudades más solidarias de España», asegura, «y las empresas se portan de maravilla».

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