Los presidentes del Gobierno y de las autonomías empiezan una maratoniana jornada de trabajo

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los de las comunidades autónomas (excepto País Vasco y Cataluña) y los dos alcaldes presidentes autonómicos (Ceuta y Melilla) se encuentran ya trabajando en el edificio del Senado, en la que es la VI Conferencia de Presidentes de España. Tras un ligero desayuno con su majestad Felipe VI, que ya ha abandonado la Cámara Alta, y después de posar en la foto de familia, Mariano Rajoy ha dado por abierta la reunión, en la que intervendrán todos y cada uno de los asistentes. Al presidente del Gobierno central lo acompañan en las sesiones de trabajo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que ha coordinado los dos comités preparatorios de los asuntos a debatir, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien, calculadora en mano, debe estar atento a que el déficit de España no se incumple en función de los asuntos que en el Senado se debatan hoy. El principal, de éstos las bases del nuevo modelo de financiación autonómica, que se espera salgan hoy de esta intensa y larga jornada de trabajo.

El actual, que data de la época de José Luis Rodríguez Zapatero y que está a punto de cumplir una década, no solo no satisface a ninguna autonomía sino que deja muy cortas de fondos a todas, especialmente por la prestación de los servicios públicos esenciales (Sanidad, Educación y Servicios Sociales). Desde que entrara en vigor este ya caduco modelo, las autonomías han incorporado a su gestión diaria materias tan costosas como la Dependencia, que todas las comunidades quieren que entre a formar parte de los criterios de cálculo del dinero con el que deben hacer frente a esa prestación de servicios.

Sobre la mesa, también, medidas contra la despoblación, el desbloqueo de la tasa de reposición de trabajadores públicos, presencia en el Pacto de Estado por la Educación y, lo que es igual de esencial, herramientas de seguimiento de que lo que se pacta en estas sesiones, se acaba cumpliendo en los términos acordados.

Por delante, una larguísima jornada de trabajo que no se espera que termine antes de las ocho de la tarde.

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