Los 16 puntos de encuentro amparan a 2.660 menores en visitas familiares conflictivas

. «Dificultades de comunicación grave entre los progenitores; situaciones críticas que podrían ocasionar daño emocional a los niños; casos, incluso, de enfermedad mental o deterioro hasta que se subsana el problema; de violencia doméstica, con medidas de alejamiento... También bebés que sus padres no conocen o necesitan reconducir su relación y reciben ayudas parentales de técnicos y especialistas...». Son algunas de las situaciones más habituales que llevan a una familia a necesitar uno de los llamados putos de encuentro de Castilla y León, según lo describe Marisa Sacristán, presidenta de la Asociación para la Protección del Menor en los procesos de separación de sus progenitores, APROME, dedicada a esta función de amparo de los pequeños en situaciones conflictivas.

Los padres y madres pueden visitar, bajo la atenta custodia del personal de Aprome, a sus hijos o, en ocasiones, estos pisos se convierten en el lugar de intercambio del menor entre sus progenitores. Y cabría pensar que no son situaciones muy frecuentes pero los números asustan y, el objetivo principal, es que baje la demanda, insiste Marisa.

Castilla y León cuenta con una red de puntos de encuentro familiar formada por 16 centros en los que trabajan 82 profesionales. La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades desarrolla este proyecto en colaboración con Aprome. Desde 2003, fecha en que se completó la red, se ha atendido en estos hogares a 17.359 familias y a 24.410 menores a través de casi un millón de intervenciones, para lo que la consejería destinó más de 13,2 millones de euros. La responsable del departamento, Alicia García, que ayer visitó uno de los dos que hay en Valladolid anunció un incremento de la dotación presupuestaria de 2015 que fue de un millón del 14%.

La consejera destacó la importancia de estos centros «por proteger a los menores y beneficiar a las familias». El punto de Valladolid, que fue el primero de España, se puso en marcha en 1994. Es un piso con tres salitas y un salón, dos baños, cocina y comedor, además de las instalaciones administrativas.