La opinión de los ganaderos

Francisco Vallejo.Soria

«Si se instalaran aquí más ganaderos, les recibiríamos bien»

Se podría decir que el vacuno de leche está en vías de extinción en Soria porque así lo ponen de manifiesto las únicas tres granjas que existen en la actualidad en esta provincia. Francisco Vallejo, junto a dos de sus hermanos y un sobrino, tiene una de esas explotaciones en San Pedro Manrique, con un total de 220 cabezas. «Soy de los que me marché a la ciudad, pero como el trabajo en una fábrica no me gustaba, decidí volverme al pueblo y convertirme en autónomo», relata, «de esto hace 32 años, cuando en la cooperativa provincial estábamos 642». A pesar de la situación actual del vacuno de leche, tanto esta explotación como las otras dos de la provincia no están sufriendo la crisis de precios, ya que todos ellos tienen su propia central para la transformación.

Es más, cuentan con una figura de calidad, la de denominación de origen protegida, para su mantequilla. «Toda nuestra la leche la transformamos y si se instalaran más ganaderos en la provincia, tendríamos a bien recibirlos». La marca con la que trabajan es Cañada Real y en esa cooperativa trabajan en la actualidad 37 personas.

Jorge Hernández.Zamora

«No podemos estar sin saber siquiera si nos recogerán la leche»

Jorge Hernández tiene una explotación con 70 vacas en ordeño y 70 animales de cría en la localidad zamorana de Monfarracinos. Dedicado al sector desde el año 2000 y presidente de la Asociación Frisona Independiente de Zamora (Afriza), participará en las movilizaciones convocadas por la Alianza UPA-Coag porque el sector ha llegado a un extremo que «peor no puede ser». «La situación es de inestabilidad. Las cuotas eran un sistema malo y mal gestionado, pero de alguna forma regulaba el mercado. Ahora estamos en una situación de desregulación total», asegura. «Es la industria la que decide si te recoge la leche y en qué condiciones. Si antes marcaba las condiciones, ahora ya las impone». Los precios tienen una media de 26 o 27 céntimos el litro frente a los 36 de coste de producción. En su caso, reconoce que recibe un precio mejor porque entrega a la cooperativa Ganaderos de Zamora (Gaza). Cree que el futuro del sector pasa porque el Gobierno central ponga en marcha un contrato que marque precios vinculados a unos costes de producción.

César Galván. Valladolid

«No imaginamos que el precio iba a caer tanto tras el fin de la cuota»

Este ganadero vallisoletano, asentado en la localidad de Pollos, es uno de los que participará en algunas de las etapas de la Marcha Blanca, «y si el último día deciden que volvamos todos para entrar juntos en Madrid, también iré».Con su hermano, trabaja una explotación de más de 300 cabezas y declara que «la gente no se pensaba que con el fin de las cuotas el precio iba a caer tanto, de hecho, la mayoría de la gente se preparó para aumentar la producción». En su caso, sigue con las mismas cantidades: «lo hablamos mi hermano y yo y nos dio miedo aumentar la producción, por eso decidimos esperar para ver qué pasaba». Confirma que «ahora mismo no se está ganando ni un euro con estos precios; es más, los socios tenemos que poner dinero». Como muchos otros, a esa desaparición de las cuotas, «que al menos regulaban el mercado», le suma otros factores como el veto ruso o el descenso de las exportaciones a China. Su teoría es que «como no actúe el Gobierno y la propia industria no ponga algo de su parte, la solución para el sector será muy difícil».

Sofío Canora Jiménez. Ávila

«Perdemos cuatro céntimos por litro, en el mejor de los casos»

Sofío Canora Jiménez es uno de los seis ganaderos abulenses que, a principios de agosto, planto cara a la industria láctea Ornua, al negarse a firmar un segundo contrato con una reducción de precio respecto al que tienen en la actualidad. Por eso también participará en la Marcha Blanca. «Trabajamos muchas horas al día y estamos perdiendo dinero; es imposible aguantar mucho más». A sus 48 años y con tres décadas dedicadas al vacuno de leche, este ganadero de Pedro-Rodríguez no recuerda una situación tan complicada para el sector. Los costes de producción se han «duplicado o triplicado» y el precio de la leche «sigue bajando». Los 30 céntimos por litro equivalen a las 50 pesetas que cobraba su padre. «En el mejor de los casos, estamos perdiendo cuatro céntimos por litro». En su opinión, la retirada de los cupos de producción «ha sido el remate final porque la industria nos tiene en su mano». La solución pasa porque intervenga la administración y se alcance un acuerdo similar al de Francia. «Solo pedimos que nos quede un sueldo digno y poder vivir».

María Teresa Ruiz. Burgos

«No quiero seguir poniendo dinero para trabajar»

«Quiero poder seguir viviendo de esto, pero de una manera digna, no poniendo dinero para trabajar», anota María Teresa Ruiz, ganadera de Montiano de Mena, al norte de la provincia de Burgos. «Siempre ha habido altibajos, pero ahora tenemos una inseguridad total, no sabemos lo que va a ocurrir mañana y nosotros no decidimos nada», afirma preocupada. Tiene, junto a sus hermanos, una explotación en el Valle de Mena con 65 vacas que producen 2.000 litros de leche al día. Era de su padre y la familia lleva toda la vida en el sector. Considera que si la situación no cambia están abocados al cierre. «Estamos vendiendo por debajo de lo que cuesta producir y así no podemos seguir», señala, antes de explicar que hace un año el litro de leche valía 36 céntimos y ahora 28, a lo que hay que añadir el incremento de los costes. En la zona ya solo quedan ocho explotaciones de leche, el resto es pasto. En su opinión, las administraciones tienen que valorar el esfuerzo que hacen por mantenerse en el campo y la importancia que la leche tiene en la alimentación.

Romualdo Castro. León

«Tenemos lo que nos merecemos por la desunión del sector»

El ganadero Romualdo Castro, Ruma, expresidente de la Cooperativa Vega Esla, posee una explotación de ganado de leche en el sur de León. Cada mañana, un camión le recoge 2.000 litros de leche a este ganadero. Una producción generada por 105 animales, a la que tiene que sumar 70 hectáreas de base agrícola.

«En diciembre muchas explotaciones estarán asfixiadas», asegura Ruma Castro. Con la venta de cada litro de leche pierden ocho céntimos, fijándose el precio en 28 desde los inicios de la cuota.

Además, tanto la industria como la estructura ganadera españolas, reflexiona, «necesitan aclimatarse mucho más para afrontar el choque» de la globalización láctea, afirma Castro. La liberalización de la cuota implica que «no se puede jugar con la misma baraja».

Pero considera que las principales dificultades por las que atraviesa el sector vienen de la «desunión» de los productores frente a la industria y la distribución y el consumismo no nacional que solo mira por el «ahorro de unos céntimos pisando por encima la calidad».

Ana María Macho. Palencia

«Mientras no nos unamos, las industrias nos mangonearán»

Ana María Macho es ganadera en Villarrobejo, un pueblo de la comarca de Saldaña. Al preguntarla su opinión respecto a la situación actual del sector lo primero que responde es que «yo les daría un tirón de orejas a los ganaderos para que se unan porque mientras que no nos unamos, las industrias nos van a mangonear como quieren». Apostilla que «la culpa es de los ganaderos porque no se puede producir tanta leche. Es mejor que la leche sea de más calidad y producir menos cantidad». Macho continúa señalando que «ahora mismo se ha aumentado la cantidad de leche por ganadero, pero nosotros seguimos entregando la misma cantidad que el año pasado aunque nos han bajado el precio de la leche». El motivo que alegan las industrias es que «la leche ahora tiene más grasa y menos proteína y por eso nos pagan a un precio más bajo la leche. Yo creo que no compensa producir leche de más». Respecto a la Marcha Blanca, dice que «no va a servir para nada. Estamos en un libre mercado y ahí la administración no se puede meter, tiene que cumplir la ley».

Benito Domínguez. Salamanca

«El que aguante se mantendrá; el que no, desaparecerá»

Benito Domínguez Sánchez es ganadero y agricultor de una de las localidades salmantinas con mayor número de explotaciones de vacuno de leche. En Paradinas de San Juan tiene su explotación combinada de ganado vacuno de leche, de cultivos de secano y regadío. Se dedica a ello plenamente desde el año 1992, año en que creó una cooperativa junto con sus otros cuatro hermanos. Como hijo de ganadero trabaja en el campo desde que prácticamente nació, pues su padre ya tenía vacas y toda la familia trabaja para sacar adelante la explotación. Reconoce que «cuando van mal las cosas» se les ha podido pasar por la cabeza dejarlo, aunque el amor por esta profesión puede más. Entre vacas de ordeño, novillas y secas tienen 300 cabezas, y cuentan con dos robots para ordeñar a diario a 130 vacas. Considera que «el futuro esta fastidiado», porque, «desde que ya no rigen las cuotas, la gente produce lo que le da la gana y tiramos los precios, dependemos de los países de Europa». En su opinión es una cuestión de fuerza: «El que no aguante, desaparecerá».

Ana Grande. Segovia

«Estamos trabajando por debajo de los costes»

Ana Grande Miguel cuenta con unas 360 cabezas de vacuno en la explotación que regenta junto a su marido en la localidad segoviana de Valleruela de Pedraza. De ellas, entre 170 y 180 vacas están dedicadas a la producción de leche. Es el trabajo al que han dedicado toda su vida tanto Ana como su marido, que además cuentan con dos trabajadores que les ayudan en la explotación lechera. «Está bastante mal el sector», arranca Ana Grande. «El Gobierno nos dijo hace dos años que había que hacer grupos más grandes, y resulta que ahora da igual», señala en referencia a la supresión de las cuotas y el denominado paquete lácteo.

Este matrimonio de ganaderos resiste, pero subraya que con la bajada de los precios les están arrastrando al precipicio. «Nosotros no estamos tan mal como por ahí. Hay gente que está cobrando la leche a 0,26 y a 0,24. Nosotros tenemos un contrato a 0,31 céntimos, y hasta ahora nos lo están respetando, pero claro, estamos trabajando por debajo de los costes». «Como no tomen soluciones, esto se hunde todo», zanja esta ganadera.