Donaciano Dujo: «Un país como España no puede dejar que sus ganaderos se arruinen»

¿Cuáles son los factores que han motivado que el vacuno de leche sufra esta crisis de precios?

En mi opinión se juntan tres cosas: por un lado el veto ruso y que las exportaciones de la Unión Europea no vayan a este país. Además, está el hecho de que han descendido también las exportaciones a China y han desaparecido las cuotas, lo que provoca que en países muy productores haya más oferta que demanda y exista un stock de producción.

Tras el fin de las cuotas lácteas, ¿esta crisis era algo que se venía venir?

Nos preocupaba la desaparición de las cuotas, todos estábamos en contra porque es el mejor sistema para controlar la producción y la demanda. Incluso con los problemas citados, si se atiende a la lógica, la situación debería perjudicar más a los países muy productores que producen más que consumen y ese no es el caso de España que consume nueve millones de toneladas y produce más de seis millones. Lo suyo sería ir recuperando la producción para llegar al autoconsumo pero el problema se basa en que las industrias españolas no quieren recoger esa leche y no pagan un precio justo por la misma. Para nosotros la culpable es la industria, que en vez de trabajar para que las producciones sean españolas, las traen de Francia; y en su caso, la distribución si atornilla a esa industria y utiliza la leche como reclamo costando menos que una botella de agua.

Según esa teoría, lo lógico sería producir lo que el país necesita para su abastecimiento.

El camino que llevamos es justo el contrario. Cada vez tienden a desaparecer más explotaciones, se está pagando la leche por debajo de los costes de producción y encima seguimos importando. Aquí es donde el Gobierno tiene que entrar, no se puede estar solo para hacer los presupuestos, hay que hacer políticas, estrategias para defender el territorio y el sector y en este caso, obligar a las industrias a recoger la leche y a pagarla a un precio justo. Si no hay mecanismos, que se creen, porque si se arruina a los ganaderos, se van a arruinar muchos sectores alrededor, ya que perfectamente unos 15.000 empleos pueden ser indirectos y antes o después, les tocará a las fábricas de pienso, a las comerciales ganaderas o a los que venden las ordeñadoras y además, en torno a este sector existe un tejido ya que los ganaderos están asentados en el medio rural y si ellos desaparecen, desaparecen los pueblos.

¿De qué manera se puede defender esto?

Los ganaderos han hecho su tarea realizando inversiones, comprando cuota en su momento, produciendo con calidad, higiene, con unas explotaciones mejor dimensionadas, pero no tenemos capacidad para obligar a la industria que nos puede dejar de recoger. Somos un sector estratégico primario pero nuestro producto es perecedero y en el te compro, no te compro, las vacas producen todos los días y hay que vender y si no se ponen mecanismos, la industria hace lo que quiere.

La situación les ha llevado a convocar una Marcha Blanca que partirá hoy mismo de León.

Desde hace muchos años, se reúnen en Medina de Rioseco las cooperativas y las organizaciones profesionales agrarias para ver cómo está el sector y siempre convocan las cooperativas. Este año, hubo dos reuniones preparatorias y vieron que era la acción más lógica porque intentamos hacer una denuncia duradera, es una manera de que se visualice la unidad de muchos y no es la primera vez que se hace una marcha de estas características porque ya hubo una marcha verde o los mineros con su marcha negra. Es una medida de presión durante un tiempo y me alegro del máximo respaldo de dos opas y lamento que la otra no se haya unido.

¿Cómo van a contribuir las medidas d ayuda al sector?

Todas medidas son positivas pero como acompañamiento a la recogida y a los precios dignos. Lo primero que tiene que tener el ganadero es el trabajo garantizado y el sueldo digno y esto, en ocasiones, son caramelos envenenados y a largo plazo, que es cuando pueden surtir efecto algunas de esas medidas, a ver quién aguanta a estos precios. Medidas de apoyo, perfecto, pero exigimos lo primero que se garantice la recogida de leche y contratos a largo plazo.

¿Qué se puede esperar de la reunión del próximo 7 de septiembre en Bruselas, de los ministros de Agricultura de la Unión Europea?

Reunirse siempre es bueno. Subiendo los precios de intervención lo que haces es quitar oferta y que suban los precios. Es algo bueno y obligado, en otros países hacen estas cosas y soy optimista porque tarde o temprano esto cambiará, tiene que cambiar; un país no puede arruinar a sus ganaderos y entre todos, tendrán que tomar del brazo a la industria porque al fin y al cabo, estamos hablamos de miserias, de pasar de cobrar 0,28 euros, a cobrar unos céntimos más.

¿Qué papel juega en todo esto el consumidor?

Es que el consumidor no paga hoy menos por la leche que hace un año, paga lo mismo. La industria o la distribución tienen más margen, se lo quedan ellos en el bolso y la ministra se lo tiene que quitar del bolsillo. España consume más de lo que produce, compramos a Francia así que no les hagamos el caldo más gordo. Consumamos lo nuestro, que se identifique el producto español con el respaldo de esta industria obsoleta que no se da cuenta de que como desaparezcan los ganaderos, desaparecen ellos y es el Gobierno el que tiene que liderar el cambio.

¿Qué valoración le merece el borrador que presentó el Ministerio?

Elegante. Ahora, ¿quién se lo hace firmar a la industria? Es muy fácil soltar un borrador. El problema es que no seamos capaces de hacer firmar a la industria.