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Silvia G. Rojo
Miércoles, 19 de agosto 2015, 17:54
En un fin de semana en el que Castilla y León y media España ha estado en fiestas y la mayoría de ellas giran alrededor de los espectáculos taurinos, las posiciones se radicalizan y, mientras nuevas corporaciones que han desbancado al PP de los ayuntamientos declaran sus municipios antitaurinos, otros promueven manifiestos institucionales para elevar la tauromaquia a la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial con el objetivo de proteger la fiesta hasta no hace mucho apellidada «nacional».
Pero, en medio del debate, el hecho es que prácticamente todas las reses bravas están vendidas, incluso a pesar de las elecciones. El empresario y ganadero Antonio Matilla explica que «hasta hace un mes, más o menos, estaban todos los animales vendidos, pero después de las elecciones se ha notado que ha bajado el número de festejos, algunos alcaldes de municipios pequeños han reducido o quitado los festejos y ha vuelto un remanente al campo». En los últimos años la cabaña de bravo ha disminuido, de manera que se ha producido una estabilización del mercado y una subida del precio de los astados. La escasez se nota, sobre todo, en los erales y «el verdadero problema lo vamos a tener dentro de dos años, porque ahora raro es el día que no llama alguien preguntando para comprar erales», aseguró Matilla. Esto ha supuesto un incremento en el precio de estos ejemplares de dos años, los que se utilizan para novilladas sin caballos por lo que, al final, este tipo de festejos suponen mayor esfuerzo económico para el empresario llegando a ser, incluso, deficitarios.
La Ley 18/2013 de 12 de noviembre regula la tauromaquia como Patrimonio Cultural y establece que debe ser objeto de protección, conservación y enriquecimiento, conforme a lo establecido en la Constitución, las leyes y los tratados internacionales sobre la materia.
En Castilla y León, por acuerdo 32/2014 de 3 de abril, la Junta declaró la Tauromaquia Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial y a día de hoy son 41 las entidades locales de la comunidad que han apoyado y aprobado declaraciones para considerar los festejos taurinos y la tauromaquia patrimonio cultural. No están obligados a informar a la Consejería de Cultura sobre esos pronunciamientos, de manera que no están todos los que son. Es el caso de Ciudad Rodrigo (Salamanca), que está declarada Ciudad Taurina y no figura en ese registro regional. Toro fue el primer municipio de España en declarar los festejos taurinos como Patrimonio Cultural Inmaterial, en enero de 2011, y Villapando, el tercero. Ambos, de la provincia de Zamora, donde hay gran tradición taurina. Antonio Boyano, ganadero de bravo y en aquel momento concejal, insiste en que sus encierros son de los más antiguos de España, distinción que se disputa con la segoviana villa de Cuéllar. Para reflejar la afición de este pueblo de menos de 2.000 habitantes, Boyano tira de datos. «Aquí ha habido momentos en los que ha habido entre ocho y diez carnés profesionales de gente que se dedica al mundo del toro», precisa. Las fiestas de San Roque incluyen 13 festejos y a lo largo del año se han llegado a dar hasta 18. La declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial se recuerda cada año en los actos que se celebran. «Los pueblos con tradición de toda la vida debemos defender la fiesta; si los que la llevamos dentro, que somos muchos, no somos capaces de defenderla, será una dejación de lo nuestro, porque estamos sufriendo ataques sin motivo». Tabera de Abajo, un pequeño municipio salmantino se ha puesto el apellido de Tierra de Toros, un título que incluye tanto al ganado bravo como al manso. El alcalde, José Antonio Sánchez Gil, subrayó que «en nuestro término municipal hay mucha finca de bravo y es algo que hemos mamado». En breve se colocará un cartel en el pueblo con esa denominación.
El presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria (ATP), Miguel Cid, considera que las declaraciones antitaurinas son «ilegales». Las instituciones, sostiene, «están obligadas a proteger, es lo mismo que si se prohíbe la música o la pintura; otra cosa es que se promueva más o menos». Ya han solicitado una reunión al Ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, «para retomar qué actuaciones se pueden hacer en defensa de la fiesta». Cid recuerda que «ya mantuvimos contacto con él cuando era europarlamentario y los Verdes pidieron que se suprimieran las corridas de toros en Europa; coordinados con nosotros y gracias al apoyo de PP y PSOE, se paró esa iniciativa».
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