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J. B. I. - ICAL
Domingo, 8 de marzo 2015, 13:21
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), tras los últimos datos recabados el pasado jueves, considera que los actuales resguardos mínimos en los embalses de los sistemas que regulan los distintos ríos de la comunidad dejan margen de maniobra para almacenar agua si se producen deshielos en las zonas de montaña. «El caudal de salida se puede controlar y atenuar hasta cierto punto si fuera necesario, en caso de que se registraran altas temperaturas y se derritiera masivamente la nieve acumulada», según explicó José Antonio Ruiz, director adjunto del organismo de cuenca.
En este sentido señaló que la Comisión de Desembalses fija un resguardo mínimo que actualmente se supera en todos los sistemas cuyos ríos nacen en zonas de montaña, que acumulan numerosas reservas de agua tras las intensas nevadas invernales. Así, en el del río Pisuerga palentino los embalses de Aguilar de Campoo, el de mayor capacidad de la provincia, junto al de Requejada y Ruesga, cuentan con 70 hectómetros cúbicos disponibles para resguardo cuando el mínimo fijado es de 40.
En cuanto al otro sistema de la zona norte de Palencia, el del río Carrión, las presas de Camporrerondo y Compuerto cuentan con un resguardo conjunto de almacenaje que llega a los 55 hectómetros en este momento, cuando el mínimo previsto para el mes de marzo con presencia de nieve oscilaría entre los 30 hectómetros a primeros de mes y los 15 hectómetros al final.
En lo que se refiere a la provincia leonesa, en el pantano de Riaño se cuenta con 130 hectómetros cúbicos de resguardo cuando el mínimo establecido es de 90. En este gran embalse esta semana entraron de media seis hectómetros al día, manteniendo un equilibrio entre el caudal aportado al río de 40 metros cúbicos por segundo frente a las entradas de en torno a 110. La salida de agua ha permitido el crecimiento controlado del nivel de la presa.
En el también embalse leonés del sistema del río Porma, actualmente se duplica el resguardo de agua recomendable para el mes de marzo, ya que actualmente es de 80 hectómetros cúbicos frente al mínimo establecido en 40. Mientras tanto, la presa de Barrios de Luna cuenta con un total de 65 hectómetros, por encima del resguardo de los 40 calculados con presencia de nieve en este mes.
De momento, sin sobrepasar el límite de gravedad, en los últimos días de temperaturas en ligero aumento se produjo una alerta por peligro de inundación en el río Camesa -que no está regulado y cuyas aguas alimentan al Pisuerga- en la localidad palentina de Villaescusa de las Torres, cerca de Aguilar de Campoo. Una situación similar, que tampoco llegó a ser grave, se dio en San Salvador de Cantamuda, en la comarca palentina de La Pernía, pero la crecida del Pisuerga puedo ser asumida por el resguardo mínimo que mantiene la cercana presa de Requejada.
En León un caso parecido a los dos palentinos se dio en la cuenca del Óbigo, donde en el río Omaña se superaron los niveles de alerta en la Utrera, así como en el río Luna, en la población de Sena de Luna, y el aumento del caudal se controló en el embalse de Barrios. Hay cauces fluviales que experimentaron subidas y en esos casos ha sido siempre en zonas que no están reguladas. En caso de alertas temporales las presas atenuaron las puntas de caudal, sin que llegara a registrarse un episodio de alarma por desbordamientos.
Situación controlada
«La situación, siempre hablando con cautela, está bastante controlada en base a las condiciones meteorológicas actuales», concretó Ruiz, al no haberse registrado una subida de temperaturas constante acompañada de lluvias que pudieran acelerar el deshielo. «Hay mucha nieve acumulada en las zonas de montaña pero se puede retener gran parte de lo que puede venir en los embalses con cierta seguridad, al estar todos por encima del nivel de resguardo exigible, si bien no es posible controlar al cien por cien cualquier situación sobrevenida», arguyó Ruiz. Asimismo, indicó que se puede soltar más agua en las presas si la avenida es de mucha magnitud, pero siempre el vertido de la presa dependerá del caudal de entrada y el nivel en que se encuentra la misma.
«Los embalses se construyeron en su día para garantizar el agua en zonas regables en la campaña agrícola, pero también se han convertido en un elemento básico para que el impacto de las crecidas en las cuencas reguladas sea mucho menor. Además, los pantanos permiten que los ríos mantengan un caudal ecológico todo el año», añadió el técnico de la CHD.
José Antonio Ruiz puso como ejemplo la múltiple función social que cumple el embalse palentino de Aguilar de Campoo. Con sus 247 hectómetros cúbicos de capacidad garantiza el riego de los cultivos en su área de influencia, abastece de agua a varias localidades y permite que en la cercana localidad de Alar del Rey -donde nace el Canal de Castilla- este trazado fluvial tenga caudal suficiente procedente del río Pisuerga.
Además, el pantano aguilarense está catalogado como zona húmeda protegida que acoge aves de paso de numerosa especies en la época de invernada, junto a una amplio recinto de esparcimiento arbolado y una pequeña zona de playa donde disfrutar de un entorno natural de gran belleza.
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