Secciones
Servicios
Destacamos
Antonio G. Encinas
Martes, 24 de febrero 2015, 12:21
El dinero. Es lo que centra en primera instancia el debate sobre la reforma de la duración de los grados universitarios aprobada por el Gobierno a instancias del ministro Wert. Los créditos de los másteres que podrían llamarse cursos de especialización son más caros que los créditos de los grados, dicen unos, y eso encarecerá el acceso a la Universidad. A cambio, dice Wert, alguien puede salir al mercado de trabajo con tres años de grado, y eso representaría un ahorro, porque realizaría un curso menos de grado que ahora.
Las licenciaturas, esos planes ya casi extintos en las universidades españolas, contaban con 300 créditos divididos en cinco cursos. Cada crédito equivalía a diez horas lectivas. Con la irrupción del Plan Bolonia los grados pasaban a ser de cuatro años, además de uno de máster. El total de créditos del grado es 240, aunque la equivalencia en este caso se convertía en 25 horas de trabajo del alumno en clase o fuera de ella por crédito. Habría que añadir 60 créditos de máster para quienes quisieran hacer la especialización. Y esto, en ocasiones, no es opcional, puesto que hay lo que se llaman profesiones reguladas, que exigen cursar el máster para poder ejercer.
El plan 3+2 propuesto por Wert supone que habría 180 créditos de grado y 120 de máster.
Tarifas muy variables
La división no es baladí. Aunque son las comunidades autónomas las que fijan los precios de los créditos en los diferentes tipos de enseñanza, lo cierto es que en todas el crédito de máster se cotiza bastante más caro que el de grado. Castilla y León, por ejemplo, sitúa la tasa en 32,78 euros por crédito para los másteres que no habilitan para profesiones reguladas y 41,58 euros para las que sí habilitan para profesiones reguladas. Comparados con los precios del grado, la diferencia es evidente. Ahí, las tarifas se dividen según un baremo de experimentalidad. Un ejemplo: un crédito en el grado de Derecho, del grupo menos experimental, cuesta 17,07 euros. Un crédito en Medicina, del conjunto más experimental, sale a 30,25 euros. En cualquier caso, son más baratos que los créditos de máster.
Los rectores de las universidades de Castilla y León se reunieron hace unos días con el consejero de Educación,Juan José Mateos,y el director general de Universidades, Ángel de los Ríos. El compromiso de la Junta fue el de respetar la moratoria que aprobaron los rectores españoles y seguir con los grados tal y como están, al menos, hasta el curso 2017-18. Eso quiere decir que hasta septiembre del año que viene no propondrán la modificación de ningún grado para adaptarse a la normativa del ministro Wert.
Equilibrio
En esa reunión se aceptó estudiar la forma de minimizar el impacto económico en los alumnos que tengan que realizar los másteres de manera obligada para completar su formación. «En el momento en que propongan títulos de 3+2, que sería a partir de septiembre de 2016, nos comprometemos a que a un alumno le cueste lo mismo la situación actual de 4+1 que el 3+2. Que la suma total sea igual, aunque los créditos de máster son más caros que los de grado», confirmaba Ángel de los Ríos.
¿Cómo se hará? Pues eso es algo que habrá que estudiar con mucho detenimiento, porque la casuística es enorme. «Tendríamos que ver los detalles. La normativa actual dice que los grados pueden tener entre 180 y 240 créditos, pero seguro que nos encontraremos con alguno de 210. El compromiso es que a los estudiantes que opten por los 300 créditos les cueste igual de las dos maneras», añadía De los Ríos.
El director general de Universidades es consciente de que los rectores ya han pedido a sus decanos que empiecen las rondas de consultas para ver qué grados se adaptarían con facilidad al 3+2 y en qué casos sería inviable hacerlo. Cuenta, por tanto, con que el trabajo de las universidades de la región, que en principio han aceptado la moratoria impuesta por laConferencia de Rectores, contribuya a encontrar este sistema que iguale el coste futuro con el actual.
La moratoria aprobada por la Conferencia de Rectores y la sensación de que las elecciones generales pueden tener mucho que decir sobre la reforma de la duración de los grados hace que se haya creado una pausa general. Así, la Consejería de Educación se plantea la posibilidad de dejar los precios para el próximo curso universitario tal y como están ahora. «La idea que tenemos es que este año cuando salgan los precios de los másteres no va a haber cambio con vistas al curso 2015-16», admite el director general de Universidades, Ángel de los Ríos. Mientras esa discusión académica queda en un segundo plano, la cuestión va adquiriendo tintes económicos más cercanos a la mercadotecnia que a la docencia clásica dentro del mundo universitario.Lo cierto es, sin embargo, que la disputa por el alumnado se ha recrudecido en un país que cuenta con 82 universidades, 32 de ellas privadas, y competir se ha convertido en una obligación incluso para las públicas.
Preguntados por si una rebaja del precio de los créditos d máster facilitaría las cosas, los decanos de la Universidad de Valladolid lo ven más como un parche. «Eso paliaría el problema, pero no lo soluciona», reflexionaba la decana de Filosofía y Letras de la UVA, Milagros Alario, al término de una reunión informativa con el rector,Daniel Miguel, la semana pasada. «Deberían ser precios públicos iguales en grado y en máster. De esa forma haría grado y máster quien quisiera. Porque si hay diferencia de costes, la elección está condicionada».
«Debe haber contactos con la Junta y el consejero sobre todo por los precios, porque una de las cuestiones que los padres oponen es que los másteres son más caros. Y se está viendo la posibilidad de abaratar los precios de los másteres, sobre todo de los primeros años de máster», añadía al respecto Carlos Moriyón, decano de Educación en la UVA.
Lo cierto es que los másteres, hasta el momento, son una opción cuyo desarrollo aún está por comprobarse. Y es que aún son muchos los alumnos de carreras técnicas que no han terminado la primera promoción del PlanBolonia. Esos alumnos, junto a los que ya han finalizado esa primera remesa, son los que deben decidir si hacen un máster y de qué tipo. «Hay que hacer másteres atractivos para que la gente los curse», admitía el decano de Ciencias de la UVA, Fernando Villafañe.
Y es que los másteres están más abiertos a la migración de los estudiantes. Si un graduado de la UVA encuentra un máster adecuado en la Universidad de Salamanca, puede optar por marcharse allí. Y si el máster que busca se encuentra en otra región, y los precios son más baratos, puede producirse un efecto perverso: la mercantilización de estos estudios.
Grandes diferencias
¿Exagerado? Si se piensa en términos de un solo crédito, parece absurdo pensar que un aspirante a abogado pueda marcharse a Galicia porque el crédito allí le salga a 20,25 euros y aquí a 41,58. En un solo curso 60 créditos la diferencia es de 1.279 euros, lo que parece insuficiente para compensar un cambio de residencia. Sin embargo, esta diferencia se refiere solo a lo que cuesta la primera matrícula. Un suspenso se paga. Y mucho. En Galicia no sube de precio en una segunda matrícula, aunque sí en la tercera (26,68 en el caso mencionado) y en la cuarta y sucesivas (31,75). En Castilla y León, las siguientes matrículas en este caso se disparan a 76,21 euros por crédito.
Si a esto se añade que los másteres pasen a tener 120 créditos en lugar de 60, la consecuencia es que padres y alumnos van a tener que echar muchas cuentas para saber si es más rentable cursar la especialización en un sitio o en otro.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.