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S. Escribano
Lunes, 15 de diciembre 2014, 19:16
Toda entidad local menor (juntas vecinales y pedanías) que no haya presentado las cuentas de 2013 a 31 de diciembre de 2014 incurrirá en causa de disolución. En Castilla y León hay 2.224 entes de este tipo, con una presencia significativa en León, Burgos y Palencia.
El Consejo de Cuentas, órgano receptor y encargado del control de estos balances presupuestarios, ha recibido hasta el momento los de 1.665 entidades locales menores. Suponen el 74,9% de las juntas vecinales y pedanías que deben cumplir con la exigencia que estableció el Gobierno de Mariano Rajoy en la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, conocida como Ley Montoro, su mentor. Aprobada en diciembre de 2013, esta norma abre la puerta a la desaparición como ente administrativo de las entidades locales menores que no rindan cuentas.
El texto daba inicialmente tres meses para ponerse al día con los balances, aunque finalmente (la Junta planteó que ese plazo era inasumible en la práctica) se fijó un año. El futuro de las que no cumplan con esta exigencia es convertirse en un mero barrio aislado del Ayuntamiento al que pertenecen, porque la junta vecinal y la pedanía pueden disolverse administrativamente, pero eso no borra del mapa real a la población, con sus viviendas y sus vecinos.
Los datos oficiales, con fecha de 8 de diciembre, confirman que en Castilla y León el porcentaje de rendición de cuentas roza el 75%. Tres de cada cuatro entidades menores evitan así el riesgo de disolución en el que incurrirían si no pusiesen a disposición del Consejo de Cuentas ese balance. Están en territorio seguro. La otra cara de la moneda, la peligrosa, es la que representa este 25% que todavía no han hecho los deberes y han entrado en el tiempo de descuento, porque el 31 de diciembre está a la vuelta de la esquina.
Ese porcentaje del 74,9% es bastante alto. Hace dos años no llegaba al 13,4% el número de entidades locales menores que presentaban cuentas. La ley auspiciada por el ministro Cristóbal Montoro metió el miedo en el cuerpo a los responsables de estas entidades administrativas históricas, situadas en un nivel inmediatamente anterior al del municipio, y que dentro del panorama nacional tienen un peso considerable en Castilla y León, por la gran dispersión de núcleos de población.
Dentro de la comunidad, se concentran en la cornisa cantábrica, al norte de León, Palencia y Burgos. De las 2.224 entidades locales menores que subsisten en Castilla y León, la provincia leonesa acoge a más de la mitad (1.232); seguida de Burgos, con 649; y Palencia, con 226. El porcentaje de rendición de cuentas es más alto en León (el 82,7%), que en Palencia (con el 69,9%) y Burgos (el 62,1%). En las 2.224 entidades locales menores de Castilla yLeón residen, según el padrón oficial, 281.283 ciudadanos. Si el porcentaje de juntas vecinales y pedanías que ya ha cumplido el trámite de presentar sus cuentas es del 74,9%, el de población llega al 83%, puesto que en ellas viven 233.329 personas.
La evolución de cumplimiento en el trámite de control presupuestario ha sido exponencial. Si en una gráfica se reflejaran los últimos tres años, el resultado se asemejaría al de un puerto de categoría especial en una etapa ciclista de montaña. Del 13,4% de 2012, al 74,9% de 2014, pasando por el punto intermedio del 49,4% de 2013.
El esfuerzo informativo y de asesoramiento desde principios de año ha influido en el aumento del número de entidades locales que han presentado sus cuentas. Suele tratarse de balances sencillos, pero los responsables de estos entes locales tropiezan con el desconocimiento o la falta de personal capacitado para llevar a cabo esta gestión.
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