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La mejora de la economía sigue sin llegar al tejido social de Castilla y León

La mejora de la economía sigue sin llegar al tejido social de Castilla y León

El desempleo baja en 16.705 personas en el último año, en el que Castilla y León ha perdido 27.180 empadronados

Susana Escribano

Lunes, 23 de junio 2014, 08:45

Si lo que ha pasado el último año en Castilla y León pudiera resumirse en el acuñado de una moneda, la cara sería el descenso del paro y el inicio de la mejora de los indicadores económicos y productivos, y la cruz, la pérdida de población. 27.180 personas han desaparecido del padrón regional entre el 1 de enero de 2013 y el 1 de enero de 2014, según los datos provisionales del INE. La cara lustrosa de esa moneda, el repunte económico, propicia un descenso en las listas de parados de 16.705. Una mejora que no puede ocultar que hay 202.403 personas registradas en el Ecyl esperando un trabajo. Una mejora que no se ha trasladado aún a programas sociales, como el de la becas, con solicitantes que cumpliendo requisitos que se han endurecido con las crisis se han quedado sin ayuda por falta de dinero (1.680 universitarios en esta situación).Eso que se camufla en lenguaje de boletín oficial tras la expresión «optimización de recursos presupuestarios disponibles».

La radiografía autonómica que ofrecen los datos mueve a la esperanza en el terreno económico. Menos paro, crecimiento del Producto Interior Bruto tras una etapa de retroceso, más población activa, más personas ocupadas, más afiliación a la Seguridad Social y más autónomos. Del negativo de hace un año al positivo de ahora. Crecen la producción industrial, las matriculaciones de vehículos, la venta de viviendas y las exportaciones. Y bajan, para bien, las empresas en concurso de acreedores, los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación (ERE) y las ejecuciones hipotecarias.

Deuda y tributos

Y baja también la prima de riesgo, indicador nacional pero vital para abaratar la contratación de la deuda que necesita Castilla yLeón para cuadrar el roto de los ingresos tributarios propios y los que transfiere elGobierno central.La deuda pública regional ha crecido en un año en 1.172 millones de euros, según datos del primer trimestre de 2014, momento en que la Junta había contratado buena parte de los fondos que necesitará para todo el año. La deuda se firma a un interés más barato y eso coincide con una ligera recuperación de los ingresos tributarios autonómicos, que repuntan tímidamente desde las profundidades. Creció un 4,9% en 2013 respecto a 2012, que fue un año muy malo. Malísimo.

Es dinero necesario para pagar las facturas de los servicios que llegan a los ciudadanos. Sanidad, Servicios Sociales y Dependencia y Educación figuran a la cabeza de esas prestaciones. Los servicios esenciales, salvo ligeras variaciones, se mueven en el margen del año pasado. Ha habido menos becas para libros de texto escolares. 72.642 este curso frente a 74.881 del pasado y muy lejos de las 155.000 del curso 2011-12.

La Junta ha enderezado en parte el tropezón de las listas de espera sanitarias de hace un año, cuando la demora media para entrar en un quirófano llegó a los 111 días (178 en Burgos), con 39.384 pacientes. Un plan de choque con doce millones de euros pretendía atacar esas demoras y situar el tiempo medio de espera en diciembre en 73 días. Los datos del primer trimestre de 2014 corroboran la mejoría de la situación, con una demora media de 84 días, pero aún por encima del objetivo de diciembre. Es en el terreno de la asistencia social donde se notan los efectos más sobrecogedores de la crisis. Y el reciente informe del Procurador del Común sobre las quejas que tramitó en 2013 llama la atención sobre ello y pide agilidad para tramitar las prestaciones. Las de dependencia mantienen el tipo. De 78.081 de diciembre de 2012 a 78.149 doce meses después. Lo que ha aumentado significativamente son los beneficiarios de la Renta Garantizada de Ciudadanía, salario social contra la pobreza, que han pasado de 14.369 a 20.357. Son personas que carecen de recursos para cubrir lo más básico. A esta prestación se suman las ayudas de emergencia. 9.650 aprobadas en 2013, frente a las 8.355 de 2012.

El Banco de Alimentos

Estas cifras dan idea de la repercusión social de una recesión económica muy larga, pero hay otras más contundentes y son las que proporciona el Banco de Alimentos. Las 78.000 personas que atendieron en 2012 en Castilla y León han crecido hasta sumar cerca de 100.000 el año pasado, y los nueve millones de kilos de alimentos repartidos en 2012 subieron a once. La necesidad en los hogares de la región ha aumentado. Los que han tenido trabajo a espuertas durante los últimos meses han sido los integrantes del Servicio de Asistencia a Familias en Riesgo de Desahucio. La Junta puso en marcha esta iniciativa en otoño de 2012 y 2.221 familias habían recurrido a ella hasta mayo pasado.

En el ámbito turístico, la comparación entre 2013 y 2012 apunta una mejora del número de visitantes y de pernoctaciones. También las cifras de exportaciones de empresas agroalimentarias mueven el ánimo, tanto las generales como las de vinos. Sin dejar el agro, entre 2012 y 2013 se ha despejado el horizonte presupuestario de la PAC. Las solicitudes de este año para pedir el pago único han sido 86.918 frente a las 93.628 del pasado.

Entre el pasado debate sobre la estado de la comunidad y el que se celebrará esta semana media un Plan de Reforma de la Administración Autonómica. Juan Vicente Herrera es el presidente de Castilla y León, pero también el patrón de la primera empresa regional en número de empleados, aunque esa plantilla esté en fase menguante por los ajustes. La nómina de la Junta partía en 2011 de 87.839 trabajadores. En mayo pasado eran 84.547.

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