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El cálculo es una aproximación científica que han realizado Héctor Pifarré, Enrique Acosta, Guillem López-Casasnovas, Adeline Lo, Catia Nicodemo, Tim Riffe y Mikko Myrskylä en la revista Scientific Reports, y tiene en cuenta variables como los excesos de mortalidad, la esperanza de vida de ... cada país, las víctimas declaradas por covid-19 -infrarrepresentadas en el caso de España- y la mortandad causada por el virus frente a otras causas habituales como la gripe o el tráfico. Los investigadores han recopilado datos de 81 países y han establecido una serie de parámetros. Por ejemplo, calculan que la media de años de vida perdidos en esos 81 países se estima en unos 16 años por cada víctima. Esto, como es lógico, varía en función de la edad de la población y la esperanza de vida. En España, sin embargo, consideran que se han perdido 11,4 años de vida por cada hombre fallecido y 10,2 años por cada mujer.
El resultado es que esas vidas cortadas por una pandemia imprevista -quizá no tanto, vistos los avisos de los científicos y lo que auguran que puede volver a pasar en el futuro- se han dejado sin disfrutar unos 108.586 años en Castilla y León.
Financiado, entre otras instituciones, por la Fundación La Caixa, el estudio define el índice de 'años de vida perdidos' como «la diferencia entre la edad de la muerte de un individuo y su esperanza de vida». Los investigadores analizaron los datos de 1,28 millones de fallecimientos confirmados por covid en 81 países y calcularon que en total se han perdido 20.507.518 años de vida debido a la covid-19 en esos territorios.
En el caso de España, los datos se refieren a 6 de enero de 2021, aunque la cuenta realizada para Castilla y León incluye el total de fallecidos, 10.024, y los años perdidos de media en España por mujeres y hombres.
El exceso de muertes en España supera los 81.000 habitantes. En Castilla y León, tras una primera ola en la que las diferencias entre las muertes esperadas y las producidas llegaron a ser de 170 personas al día, la pandemia ha mostrado con claridad la influencia de la segunda y la tercera ola. La segunda registró dos meses con excesos de mortalidad diarios, desde mediados de octubre hasta justo antes de Navidad. La gráfica de la tercera ola, servida por el Instituto de Salud Carlos III, muestra una diferencia entre la mortalidad esperada y la observada más contenida, pero que en todo caso ha dejado ya, según la Junta, 1.983 fallecidos.
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