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Hoy en día, los caracoles que se consumen en los establecimientos de hostelería provienen de criadero. Sin embargo, hasta hace unos años, el hecho de que un bar o restaurante de Valladolid colgara el cartel de 'Hay caracoles de Torrelobatón', era todo un reclamo, ya ... que ser de Torrelobatón era garantía de calidad y sabrosura. Hoy, nos acercamos hasta esta localidad de la comarca de Torozos. Mercedes Alonso, 'Merche', nos espera en su merendero para compartir con los lectores de El Norte, una de sus recetas más valiosas, la de los caracoles que hacía su madre. Un plato que cocina en 'días de fiesta' y reuniones familiares, con el que todos, todos, se acaban chupando los dedos (en sentido literal).
Merche es una fabulosa cocinera. Le viene de casta. Hija de confiteros y hosteleros. Sus padres, y más tarde ella, regentaron el 'Nuevo Bar', en la Plaza Mayor de la localidad. Un establecimiento con solera, en cuya barra nunca faltaron los pinchos de oreja, morro, boquerones y los propios caracoles y pasteles cuya receta es un secreto que ha pasado de generación en generación.
Ella nos recibe con una amplia sonrisa y con todos los ingredientes bien dispuestos para el cocinado. Empezando por los propios caracoles, que su hijo recolectó hace unas semanas del campo y ella limpió, purgó y dio un primer hervor, para después mantenerlos en el congelador, hasta hoy. «Lo más importante de todo, es que estén bien limpios. Los limpiamos bien, bien, bien, con sal gorda y vinagre y luego los lavamos, uno por uno», explica nuestra cocinera
Comenzamos el cocinado.
Tiempo de preparación
30 minutos
Tiempo de cocción
60 minutos
Tiempo total
90 minutos
Comensales
6-8 comensales
Categorías
Recetas tradicionales
Para el lavado: Agua, sal gorda y vinagre
Para la cocción previa: agua, hueso de jamón, 2 hojas de laurel, sal y unas rodajitas de chorizo
Para el guiso:
Aceite
1 Cebolla. Si es pequeña, añadir otra media
Sal
Orégano
Jamón en dados
Chorizo en rodajas
4 ajos
1 tacita de jarina
2 cayenas
1 tacita de harina
2 cucharadas colmadas de pimentón
1 vaso de vino blanco
4 huevos
Una vez que los caracoles están limpios, se procede a la cocción previa. Para ello se pone una olla al fuego, con agua, el hueso de jamón, dos hojas de laurel, sal y unas rodajas de chorizo para que coja gusto y color. El agua se elimina dos veces o las que hagan falta, hasta que quede totalmente transparente. Ya con el agua definitiva, se mantienen una hora cociendo al fuego. Al terminar, o bien se terminan de guisar, o bien, se reservan para congelar, una vez fríos. «Yo siempre tengo caracoles en el congelador, así los podemos disfrutar a lo largo de todo el año», comenta esta torreña.
Para el guiso, ponemos una sartén al fuego y echamos un buen chorro de aceite. Cuando está bien caliente, echamos la cebolla que previamente hemos cortado en trocitos. «Le añadimos sal para que la cebolla llore», dice esta experta en caracoles.
Cuando la cebolla está a mitad del cocinado, se añade orégano, el jamón y el chorizo, «mejor si es casero», comenta Merche. «Y si le echas de olla, entoces el sabor que se logra es impresionante. Yo lo echo en rodajas, porque los tropezones de la salsa son lo mejor que hay», prosigue.
El siguiente paso, es añadir 4 ajos bien picados, 2 cayenas desmenuzadas, una tacita pequeña de harina y dos cucharadas colmadas de pimentón. Se remueve todo. «Cuando mis padres regentaban el bar de la Plaza de Torrelobatón, en plena época de caracoles, no había fin de semana que no cocináramos entre 30 y 40 kilos. Nos los pedían muchísimo. Los caracoles de mi pueblo tenían una fama muy grande, ya que tienen mucho gusto y una cáscara dura, que al lavarlos no se rompe. Eso es muy importante, para no encontrarte trozos de cáscara mientras los saboreas», dice Merche.
Se va removiendo todo y cuando está bien mezclado, se añade un buen vaso de vino blanco y un poquito de agua de la cocción de los caracoles. «Este año ha habido tanta sequía, que se ha notado en que ha habido muchos menos caracoles», comenta mientras cocina. Cuando el guiso está bien rehogado, se echa en la cazuela con los caracoles ya cocidos y se deja hirviendo unos 20 minutos. «Vamos viendo como va espesando», dice mientras retira las dos hojas de laurel que teníamos desde la cocción.
En un plato echa los 4 huevos y los bate muy poquito, lo justo para que la yema se rompa. Los añade a la cazuela de los caracoles, poco a poco, lo que contribuirá también a que el guiso espese. Pasados unos pocos minutos, estarían sistos para comer«, subraya.
El resultado es una enorme tanda de caracoles, que no pueden ser más apetecibles. El aroma les precede y ya, al probarlos, comprobamos lo que Merche nos prometía: están exquisitos. «Esta receta era la que siempre hacía mi madre, Rosario, en el bar. A mis hermanas y a mí, no nos dejaba guisar, pero aprendimos viendo como ella lo hacía. Es inevitable que me acuerde de ella siempre que cocino», comenta. «Cuando cocinas, si lo haces con cariño, siempre te sale bien y tus invitados lo notan. Yo he cocinado mucho por mi trabajo, porque también tuve una cantina en Valladolid. Ahora sólo guiso para los míos y me gusta que ellos disfruten con lo que les hago. Mi especialidad es el lechazo cochifrito», señala Merche que es una apasionada de su pueblo, de sus costumbres y de su patrimonio. «Todo el mundo está invitado a venir a visitar Torrelobatón. Es un pueblo precioso y muy acogedor. Tenemos muy buenas fiestas y un castillo precioso», invita.
Los caracoles es el típico plato que tienen tantos adeptos como detractores. O los amas, o los odias. No hay término medio. Pero cuando están cocinados con el cariño y esmero que ha puesto Merche en su receta, el resultado es de sobresaliente. Si te animas a cocinarnos tu plato favorito, ponte en contacto con nosotros y te haremos una visita a tu pueblo. Ya hemos cocinado, entre otros, tarta de galletas en Castrodeza, callos a la castellana en Villasexmir y Sopa de Postores en Tiedra. Esperamos tus aportaciones en los comentarios de esta noticia. Y ya sabes que en la sección Comer y Beber en Valladolid, encontrarás interesantes rutas, tradiciones y curiosidades gastronómicas de la cocina de nuestros pueblos. ¡Leénos!
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