Sigue paso a paso la receta del guiso de setas con patatas de Mucientes

Su mujer y socia de vida, Angelines Escudero es la mejor compañía que puede desear para sus salidas al monte. Ella, además, es la encargada de cocinar todos los manjares que él encuentra en cada paseo. Es una excelente cocinera. Una apasionada de los fogones que lo aprendió todo de su madre y de su suegra. Por eso, cuando Isaac llegó aquel día con una seta de tal magnitud, sintió la misma emoción que él. Cocinó una parte para festejar el hallazgo con sus hijos y nietos, que son los mayores fans de sus recetas. El resto de la seta, lo troceó y congeló «para disfrutarlo más adelante, en alguna ocasión especial».

Esa ocasión ha llegado. Hoy, este simpático matrimonio mucenteño ha abierto las puertas de su casa a todos los lectores de El Norte, para mostrar una de sus recetas tradicionales favoritas, un guiso de setas con patatas para el que emplearán parte de aquel gigantesco ejemplar. «Es una receta muy, muy sencilla, que todo el mundo va a disfrutar», adelantan antes de ponerse manos a la obra». Ella, muy ordenada, repasa toda la lista de ingredientes y mientras él, la mira embelesado y anticipa que «luego él, fregará los platos».

Este guiso requiere de los siguientes ingredientes:

Angelines comienza esta tradicional receta, que a buen seguro saldrá para chuparse los dedos:

1.En una cazuela ponemos dos cucharadas de aceite y la ponemos a calentar. Mientras, pica bien la cebolla y la pone a freír. A continuación, hace lo mismo con los pimientos y el puerro para que vayan pochando.

2.Añade el ajo «que le da un sabor estupendo y que es un ingrediente primordial en los guisos de estas características». También pone la sal. «Se suele echar una cayena. A mi este plato me gusta un poco picantito, pero eso es mejor que cada cocinero decida lo arriesgado que quiera ser», dice mientras añade una pequeña cayena. La mezcla va cogiendo color.

3.Es el turno de las setas. Angelines las echa en la cazuela y las deja unos minutos que se rehoguen bien con el resto de las verduras. «¡Ufff! Huele estupendamente. Lo voy a tapar para que no se vayan los vapores», comenta.

4.Mientras, va partiendo las patatas haciendo que tronchen. «Así sale el almidón y eso le da un sabor muy característico», subraya. Una vez que las patatas están en la cazuela, añade el agua. «También al gusto del cocinero. Yo las hago caldosas».

5.El pimentón es otro de los pasos fundamentales de este plato. Una pizca, para que le de un sabor y un toque especial.

6.Se deja al fuego durante 20 minutos, hasta que la patata esté en su punto. Se puede añadir más agua, si hace falta.

7.El guiso está listo para servir y disfrutar

«Hacemos un buen equipo. Cuando salimos al campo, siempre volvemos tan contentos los dos. Y cuando él va solo, a veces trae tantas setas en las redecillas, que me da hasta apuro. Tiene un ojo clínico… por el color del terreno ya sabe dónde puede haber setas. ¡No falla! Ya en casa, es muy cuidadoso y se puede pasar más de una hora lavándolas con todo el cuidado. Es muy especial para eso», alaba la cocinera de la casa. «Yo en la cocina soy feliz y me gusta disfrutarla con tranquilidad. No uso nunca máquinas ni ningún aparato raro. Me gusta hacerlo todo, igual que se hacía antaño. Soy muy tradicional para eso, aunque a veces también suelo innovar para buscar sabores nuevos. Tampoco uso delantal. Nunca me han gustado», dice Angelines. «¡Qué pintaza!», presume.

A Isaac no le deja la paciencia y se escabulle hasta el salón. Regresa a la cocina con un portarretratos. «Este soy yo con la seta gigante», dice orgulloso mostrando una foto del pasado mes de noviembre. «La tengo enmarcada porque no creo que vuelva a encontrarme otra igual. Cuando la vi en aquel baldío me parecía algo imposible. Y lo mejor de todo, es que es exquisita. La hemos comido con verduras, pasta, arroz, al ajillo y hoy… con patatas», prosigue mientras descorcha una botella de rosado. «El mejor acompañamiento para esta seta es el vino y el pan del pueblo. Así todo queda en Mucientes. Es un plato en el que hemos colaborado los dos. Yo andando por las cunetas y Angelines cocinando. ¿Puede haber felicidad mayor?», remata Casito brindando con su mujer.

El resultado, tal y como se preveía, es un plato tradicional, con carácter y un sabor de los de desmayo. Podemos afirmar que la seta gigante de Mucientes estaba espectacular. Definitivamente, Casito y Angelines hacen un buen equipo tanto en el campo, como en los fogones.

¿Qué otras recetas tradicionales quieres que incluyamos en esta sección? Ya hemos cocinado orejas de carnaval en Torrelobatón, buñuelos de viento en Wamba y hasta un riquísimo licor-café en Mota del Marqués. Esperamos tus aportaciones en los comentarios de esta noticia. Y ya sabes que en la sección Cocinando en mi pueblo, encontrarás muchísimas increíbles historias y tradiciones de la cocina de nuestros pueblos. ¡Leénos!