Llega el carnaval a nuestros pueblos. Son días de alegría, color y mucha diversión. Cada municipio cumple rigurosamente con sus tradiciones más arraigadas, como los desfiles de disfraces, la salida de los perreros o las carreras de cintas, entre otros. Y como toda buena fiesta que se precie, la gastronomía juega en estas fechas un papel muy importante. Hoy, El Norte, estrena sección y lo hace por todo lo alto, con el postre carnavalero por excelencia, las orejas u hojuelas.
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Cada semana nos acercaremos a un pueblo de la provincia, donde un vecino nos invitará a su casa para cocinar algún plato típico, tradicional y emblemático de su localidad. Nuestra primera anfitriona es Montse González, una vecina de Torrelobatón que disfruta en los fogones. Su marido Javier, sus tres hijos y sus tres nietos son los mayores fans de su cocina y muy especialmente de este dulce tan típico de su pueblo. Ella nos cuenta cómo elabora estas pequeñas delicias que se caracterizan por ser crujientes, dulces y muy apetecible en estas fiestas. «Mucha gente las llama hojuelas, pero en Torrelobatón las llamamos orejas, están muy buenas y son muy fáciles de hacer», dice esta torreña dispuesta a mostrar su legado gastronómico.
Montse y sus tres hermanas aprendieron esta receta de su madre Angelita, y ésta, a su vez de la suya. «Son típicas de los carnavales, que en mi pueblo se celebran por todo lo alto y cada vez que las hago, me recuerdan a mi infancia y juventud. Antaño las hacíamos por la noche, porque durante el día cosíamos, ya que mi madre era costurera. Esa receta es la que seguimos haciendo todas las hermanas. En mi casa gustan tanto que hay años que las hago en enero, para disfrutarlas un poco más», comenta.
Un huevo
1 taza de vino blanco
1 taza de azúcar
½ taza de aguardiente
Ralladura de limón
Una pizca de canela
Unas gotas de zumo de limón
Harina de trigo (la que pida la masa)
El paso a paso de esta receta es muy sencillo. Así nos lo explica Montse:
1. En un recipiente batimos el huevo. Lo mezclamos con el azúcar y seguimos batiendo hasta que se disuelva.
2. Echamos el aceite de oliva, el vino blanco, el aguardiente, la ralladura de limón, la canela y las gotitas de limón. Batimos todo.
3. Añadimos harina a la mezcla hasta que quede una masa homogénea.
«A mis tres hijos les encanta que les cocine. Siempre están con el tupper pa´ca y pa´llá», se ríe. «Hace poco, a mis nietas las mandaron llevar al colegio un postre típico de la familia, y me pidieron que las hiciera orejas. A la profesora y a los compañeros, les gustaron mucho y quedaron muy contentos», sigue Montse mientras continúa con la faena.
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4. Una vez que todo está bien mezclado, la masa se pasa a la mesa y se comienza a amasar. «Hay que trabajarlo cuanto más mejor. Y si la masa se pega en las manos, se echa más harina», aconseja.
5. La masa se tapa con un trapo y se deja en reposo durante 1 hora. Pasado ese tiempo, ponemos abundante aceite a calentar en una sartén.
6. Se amasa unos minutos más y se empieza a estirar con ayuda del rodillo, hasta dejar una masa muy muy fina, «para que no se hinchen demasiado».
7. Una vez extendida, se empieza a cortar y se quitan los bordes «feos». «Hay quien las hace pequeñas, pero a mí me gustan grandes, que cojas una y comas en condiciones», dice entre risas.
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8. Se dejan asentar un poquito una vez ya cortadas y se fríen en la sartén con el aceite de oliva bien caliente, por ambos lados. Hasta que cojan un bonito color dorado. «Algunas se inflan mientras se fríen. A mí personalmente no me gustan muy hinchadas y las pincho para que queden con burbujas, pero bajitas», dice.
9. Se pasan a un plato o fuente con papel de cocina para absorber el aceite.
10. Se sirven en una fuente con azúcar o miel al gusto. «Se pueden comer solas, con azúcar o como más nos gusta a nosotros, con miel, que además, hace nuestro sobrino en Torrelobatón, y así todo queda en casa», explica.
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Hacer las orejas es todo un ritual en las casas torreñas. «Es como cuando antaño se hacía la matanza, que se reunía toda la familia. Con las orejas pasaba lo mismo. Se hacía una buena tanda y se guardaba en los barreños de la matanza. En casa las hacíamos el lunes antes del carnaval y aguantan hasta 15 días. A los 4 ó 5 días de hacerlas están mejor que recién hechas. Espero que muchos se animen a hacer esta receta tan típica de Torrelobatón, porque están muy buenas», invita mientras muestra su resultado. ¡Deliciosas!
¿Qué recetas tradicionales te gustaría que incluyésemos en esta sección? Esperamos tus aportaciones en los comentarios de esta noticia. Y ya sabes que en nuestro Canal Recetas, puedes encontrar infinidad de consejos y el 'paso a paso' de muchos platos fáciles y deliciosos ¡Leénos!
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