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Las patatas bercianas, el primer plato del menú. Rodrigo Ucero

El menú que alimenta a cientos de trabajadores en el polígono San Cristóbal

La Cepa, ubicado en la calle Cobalto, se ha hecho con el estómago de los trabajadores de los negocios colindantes

Viernes, 14 de marzo 2025, 06:56

En medio de toda la vorágine de empresas, semáforos, oficinas, naves, camiones y glorietas que habita en el polígono San Cristóbal, existe un lugar de peregrinación culinaria al que una gran cantidad de trabajadores acuden durante la hora de comer. Cuando la jornada pide un descanso y las tripas comienzan a rugir, las puertas del restaurante 'La Cepa', situado en la calle Cobalto, se abren de par en par, acogiendo a sus feligreses para la comida de las dos.

Sus inicios se remonta a hace casi una década, cuando el matrimonio formado por Juan de la Rosa y Elena Apilanez decidieron abir el restaurante con la intención «de aportar algo distinto al polígono». Así, se hicieron con un local de dos plantas y terraza exterior para dar forma y fondo a su idea.

El menú es una declaración de intenciones, apostando por la frescura, la variedad y la calidad. Tal y como relata Apilanez, su marido «es el que se encarga de hacer la compra y planificar el menú, que lo cambiamos todos los días». Este consta de cuatro primeros donde se incluye siempre una ensalada, un plato de cuchara y un arroz. Le acompañan cuatro segundos, con posibilidad de elegir entre pescado y carne. El postre y el agua estan incluido en el menú, mientras que el café va aparte, y su precio son 14 euros. Si el cliente lo desea para llevar, el precio aumenta cincuenta céntimos.

Si alguno de los comensales quiere darse un gusto superior, cuenta con la posibilidad de cambiar el segundo del menú por un chuletón, aumentando el precio a 35 euros. Si el chuletón se antoja demasiada cantidad, se puede compartir entre dos personas con un menú que incluye dos primeros y la pieza de carne ya mencionada, por un precio de 45 euros.

La primera elección de nuestro menú se trató de unas patatas bercianas con verduras, costillas adobadas y chorizo, aportando un detalle picante a un guiso especialmente recomendable para días fríos. Además de un gran sabor, la cantidad de comida era abundante, eliminando la posibilidad de quedarse con hambre.

Las patatas bercianas, el primer plato del menú Rodrigo Ucero

El segundo plato se componía de carne de toro guisada, con un sabor un tanto más potente que el de la ternera, pero con una textura muy acogedora, casi deshaciendose en la boca, acertando de lleno con el punto de la carne. Venía acompañada de verduras y patatas fritas. Como colofón, una tarta de queso casera acompañada con nata que daban ganas de repetir.

El segundo plato del menú: Guiso de toro Rodrigo Ucero

Además de la calidad de la comida, la amabilidad y la seriedad en el trato son dignas de mención. El personal de comedor destaca por su educación y eficiencia, saludando al entrar y deseando buen día al salir, además de estar coordinados como un reloj para ofrecer un servicio rápido y eficaz a la gran cantidad de trabajadores que acuden cada día.

En cuanto al ambiente, la vida se respira dentro de sus paredes. Se reúnen trabajadores de todas las empresas del polígono, que, a raíz de los años, han entablado amistad tanto con sus propios compañeros como con los de otros oficios. Por este motivo, mientras se disfruta de un buena comida, se pueden ver volar saludos, sonrisas y recuerdos para allegados no presentes a lo largo y ancho del restaurante, superando con creces aquella expectativa inicial de «de aportar algo distinto al polígono».

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