Flan casero con huevo

La historia de este postre se remonta a los tiempos de la Antigua Roma aunque por aquel entonces se llamaba 'flan de anguila', un postre muy dulce elaborado con pimienta y miel. Con el paso de los años extendieron por Europa el flan hecho de azúcar, queso, almendra, pescado, canela, espinaca y crema pastelera.

La popularidad de este postre aumentó en Europa durante la Edad Media durante la cuaresma cuando la carne no se podía comer. Y en cuando a la aportación de los españoles que lo consideraban una comida saludable crearon 1.475 tipos diferentes de flanes. Pero en esta ocasión, nos quedamos con un clásico de tres ingredientes para disfrutar en casa.

Para hacer el caramelo con el que cubrir el molde del flan, en una sartén a fuego medio se añade el azúcar y se va removiendo poco a poco hasta que se funda y se forme el caramelo. Hay que estar pendiente para que no se queme. A continuación se vierte en el molde y se deja enfriar.

Por otro lado, en un bol se mezclan bien los huevos con el azúcar y se le añade la leche. De nuevo se bate bien con unas varillas y a continuación se vierte la mezcla en el molde caramelizado previamente. Luego, se tapa y se puede cocinar en el horno, colocando el molde con tapa en una fuente con agua y estará una hora a 180ºC.

También se puede cocinar al baño María en una olla exprés. Se coloca el recipiente con la mezcla del flan en la olla y se echa agua a la mitad de la altura del molde. Luego se cierra y se deja en el fuego durante un cuarto de hora. Una vez se compruebe que ha subido el flan habrá que sacarlo con cuidado de la olla y dejarlo enfriar a temperatura ambiente y luego en la nevera. Se puede dejar en el frigorífico hasta el día siguiente, desmoldarlo y servirlo.