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GABRIEL DE LA IGLESIA
BURGOS
Miércoles, 6 de septiembre 2017, 11:11
Tragedia en la N-I. Otra más. Cinco miembros de una familia de origen francés, entre ellos, tres niños de corta edad, fallecieron a primera hora de la mañana de ayer como consecuencia de un terrible accidente de tráfico acontecido en la N-I, a ... su paso por el Desfiladero de Pancorbo.
Allí, en el kilómetro 304, a la altura de la ermita del Cristo de Barrio, en un tramo de concentración de accidentes marcado con línea continua y en el que está prohibido adelantar, un Peugeot 607 con matrícula francesa que circulaba en dirección Vitoria colisionaba frontalmente contra un camión que conducía en sentido inverso. Eran las 7:42 horas de la mañana. El camionero, un joven polaco, no pudo hacer nada por evitar el choque, que concluía con la muerte en el acto de una mujer de 32 años y su madre, de 60 años, que responden a las iniciales O. L. y M. K., respectivamente, así como de los tres niños, E. N. D., de 3 años, S. G. D., de 7, y R. D., de 9 años, hijos y nietos de las mujeres fallecidas. Los facultativos sanitarios desplazados hasta el lugar no pudieron hacer nada para salvar sus vidas. Tan solo el conductor del turismo y padre de los pequeños, A. D., de 35 años de edad, sobrevivió al siniestro. Salió por su propio pie del vehículo, pero posteriormente tuvo que ser trasladado por los facultativos sanitarios hasta el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro en estado de shock.
A la espera de conocer las conclusiones que extraiga la Guardia Civil de la investigación abierta en torno al suceso, todo apunta a que el accidente se produjo por la invasión del carril izquierdo por parte del turismo. El propio director general de Tráfico, Gregorio Serrano, que se desplazó hasta la zona a primera hora de la tarde, apuntaba la posibilidad de que el conductor del turismo se hubiera quedado dormido al volante, aunque la hipótesis que más fuerza cobra es el despiste.
Según explicaron los testigos del siniestro que circulaban en ese momento por la vía, el camionero se percató a la salida de una curva de que el turismo, que circulaba en sentido contrario, invadía su carril, intentando alertarle con señales lumínicas y sonoras.
Sin embargo, el conductor del turismo no varió su trayectoria, obligando al camionero a dar un volantazo que no evitó la colisión frontal. Como consecuencia del brutal choque, el turismo quedó totalmente destrozado, empotrado entre la cabina del camión y la pared del desfiladero. Tanto el conductor como el camionero, que fue dado de alta allí mismo, dieron negativo en la prueba de alcoholemia.
Lo ocurrido alteró por completo la normalidad en la arteria que conecta España con Francia a través de la frontera de Irún. La principal incógnita que queda en el aire se refiere al origen del suceso y al hecho de que viajaban seis viajeros en un coche de cinco plazas.
Queda por conocer las condiciones en las que viajaba la familia, ya que el turismo siniestrado está preparado para el transporte de cinco ocupantes, y no de seis, que eran los que viajaban en ese momento en el interior. En este sentido, fuentes de la Subdelegación del Gobierno apuntan que el vehículo incumpliría la normativa al respecto. En el interior del habitáculo había una silla especial para niños, pero los cinco miembros de la familia, que al parecer regresaba a Francia tras las vacaciones de verano, no llevaban puestos los cinturones de seguridad, según apuntaron fuentes de la investigación.
El siniestro se produjo en el límite de un tramo de concentración de accidentes situado a la salida de Pancorbo en dirección a Miranda de Ebro en el que en los últimos años han fallecido varias personas. El último accidente mortal aconteció el 13 de julio de 2016, cuando un camionero de 57 años perdía la vida tras colisionar contra un tractor con empacadora. Aquel siniestro fue a escasos metros del registrado ayer y, al igual que entonces, obligó a cortar parcialmente la N-I y desviar el tráfico por la autopista de peaje AP-1. Se trata del segundo accidente mortal registrado en el tramo burgalés de la N-I en lo que va de año, y uno de los más graves de los acontecidos en los últimos años en una de las vías con mayor siniestralidad del norte peninsular, por la que se calcula que circulan diariamente más de 4.000 vehículos pesados, amén de otros tantos miles de turismos. En este caso, todo apunta a que el origen del siniestro fue una imprudencia o un despiste por parte del conductor del turismo que podría haberse registrado «en cualquier otra carretera», según manifestaba el alcalde de Pancorbo, Carlos Ortiz, tras conocer los detalles. La diferencia es que el tráfico en la N-I es mucho más intenso que en el resto de vías del entorno, lo que incrementa exponencialmente las posibilidades de tener un accidente. Eso bien lo saben en Pancorbo, cuyos vecinos están lamentablemente «acostumbrados, como los habitantes de las localidades situadas en el corredor Burgos-Miranda.
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