El vecino que avisó a la Policía: «Con el golpe que le dio, yo la vi muerta»

En su declaración en la vista oral, el vecino ha explicado que estaba en su dormitorio cuando oyó a tres hombres que estaban discutiendo. Voceaban y se asomó a la ventana. Así pudo ver, presuntamente, a Julián David y dos de sus amigos. También a Silvia, que apareció por una calle y a la que, sin mediar palabra, se acercó el acusado. «Le dio una bofetada y ella cayó al suelo», ha explicado, sin que él oyese que hablaban entre sí o que discutían, como sí lo escuchó entre los hombres.

El vecino ha afirmado que la bofetada inicial fue un «buen golpe». De hecho, ha asegurado que «con el golpe que le dio, yo ya la vi muerta». Que pensó que la había matado. A continuación llegaron las patadas, en la cabeza, según el testigo. «Igual si digo ocho me quedo corto pero si digo veinte me he pasado», ha aseverado, pero fueron numerosos los golpes que recibió la víctima.

Silvia no pudo defenderse. «Tras caer al suelo no se movió más», ha afirmado. No la oyó tampoco pedir ayuda. Solo vio a un hombre, con una cazadora roja, golpearla repetidamente. Entonces alertó a la policía y, una vez avisados, fue a poner a cargar el móvil. Cuando volvió a mirar por la ventana, el agresor no estaba. Pero el cuerpo de Silvia tampoco se veía en la calzada. Alguien lo había arrastrado para colocarlo entre dos coches y allí se lo encontraron un grupo de chavales.

Todo esto afirma el testigo haberlo visto desde la ventana, hasta que llegó la policía y la ambulancia. Los agentes le preguntaron por la ventana (estaba en casa y no podía salir, no tenía llaves, ha explicado). Y de madrugada le llamaron para que fuese a declarar a la Comisaría, donde identificó al agresor como Julián David, ha explicado en respuesta a preguntas de la Fiscalía.

No vio quién movió a Silvia ni cuándo se marchó Julián David y si lo hizo acompañado de sus amigos o estos ya se habían marchado antes. Los vio llegar juntos y cómo discutían, según la declaración de los amigos por la acusación de Julián David a uno de ellos de que mantenía una relación con Silvia. Pero después de que Silvia comenzara a ser agredida perdió de vista a los amigos.

Tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particular y pública insisten en acusar a Julián David, además de por un delito de asesinato con alevosía (con penas entre 22 y 25 años de cárcel), de un delito de maltrato habitual. Durante la vista oral han salido a la luz varios episodios, siendo uno de los más graves el ocurrido en octubre de 2017, cuando el acusado tiró de un coche en marcha a Silvia, dejándola malherida en un descampado.

En la jornada del martes, uno de los policías que le tomó de declaración en el hospital ha relatado cómo la encontraron. «Estaba en un estado pésimo», ha afirmado, con heridas en la cara, dolorida, cansada y psicológicamente «bastante mal». Tenía magulladuras, arañazos, una herida en la nariz que le impedía respirar y barro en el pelo. Todo ello «compatible» con la explicación que dio de lo sucedido.

Había salido con su pareja y, en un momento dado, discutieron en el interior del vehículo. Él la golpeó y la arrojó fuera del coche. El relato de Silvia tenía lagunas, fruto de los golpes, ha explicado el agente, pero en la declaración, la joven reconoció que Julián David la maltrataba. Y que la situación había sido incluso peor durante el corto espacio de tiempo en el que estuvieron viviendo juntos.