La tragedia del pesquero gallego llega hasta Burgos: «Eran dos personas que vivían para los demás»

«Eran dos personas que vivían para los demás», ha apuntado el pastor de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, Christopher Ogumwale, que lleva asentado en Miranda desde hace dos décadas.

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Apanaah llegó al municipio burgalés hace nueve años buscando una vida mejor. En ese tiempo encontró una estabilidad laboral en Galvaebro, lo que propició que su mujer, embarazada y a punto de dar a luz, y dos de sus hijos llegarán en el último año a Miranda para que se reunieran con su marido y padre (dos de los hijos residen aún en Ghana).

Hace tres semanas decidió poner fin con la empresa mirandesa y emprendió un viaje hasta Galicia para volver a ser marinero, como ya lo fue de joven en su país natal. En tierras gallegas se volvió a encontrar con Michael, con el que ya compartió puesto de trabajo hace unos años. Su amigo, que se quedó sin trabajo durante la pandemia, le había recomendado enrolarse como marinero «porque se ganaba algo más».

«Estaban pendientes de ayudar a los demás. Mandaban dinero a toda la familia. La decisión de irse a Galicia fue para ayudar a toda su familia», lamenta Ogumwale, encargado de tramitar la repatriación y los asuntos burocráticos ante el desconocimiento del castellano de los familiares de las víctimas.