Sargente de la Lora: El pueblo del petróleo

Si algo marca la diferencia en el municipio de Sargentes de la Lora es que su término municipal alberga el único campo petrolífero en tierra que ha permanecido activo en toda la península. Fue concretamente el día 6 de junio de 1964, cuando brotó por primera vez el petróleo en el páramo de la Lora. Después de años de prospecciones en el norte de la península, la primera en el año 1900, la esperanza de un gran hallazgo tuvo su respuesta.

Siendo conscientes de la peculiaridad que supone la existencia del campo petrolífero y coincidiendo con el cincuenta aniversario de su hallazgo, Sargentes decidió apostar por la creación de un Museo del Petróleo. Las instalaciones recorren una historia que comenzó en 1900, además de trasmitir a los visitantes todo lo relacionado con el petróleo, su geología, industria y derivados.

Más allá del petróleo, el patrimonio también da la oportunidad de conocer en primera persona que en el pueblo la historia comenzó mucho antes de la irrupción del combustible. El dolmen de La Cabaña es un megalito prehistórico situado al noroeste del pueblo, declarado Bien de Interés Cultural. Un enterramiento del tipo 'sepulcro de corredor' en el que la cámara paracircular, de más de tres metros de diámetro, está formada por siete grandes lajas de piedra caliza que superan los dos metros de altura y sobresalen por encima del túmulo. Esta cámara se comunica con el exterior a través de un pasillo o corredor. Para visitarlo es necesario seguir las señalizaciones que, desde Sargentes guían por un camino de tierra paralelo al río hacia el noroeste hasta encontrar el megalito.

Otra cita con la historia se sitúa en la ermita de Nuestra Señora de Brañosera. Hasta allí se accede por un camino que parte del crucero de Valdeajos. Es un sencillo templo de ábside circular y arco interior en el presbiterio, de estilo gótico, pero carente de adornos. La bóveda de cañón está realizada en madera y en la fachada norte queda un contrafuerte añadido. Se piensa que, antes de que estuviera poblada la zona, allí había ermitaños, aunque no quedan testimonios.

En el pueblo, además, se puede contemplar la escuela y monumento a Andrés Manjón. A este hijo ilustre nacido en 1846, se le atribuye la modernización de los métodos pedagógicos con la creación de la Escuela Nueva. En su memoria, la localidad pone en marcha un programa de aulas medioambientales en el albergue Ave María. Se pretende continuar su legado con una propuesta que pone en valor la enseñanza del entorno natural.