La 'brutalización' del Proceso de Burgos
Especial ·
«El juicio supuso una bandera de enganche para muchos jóvenes que fueron atraídos por una banda que se enfrentaba a Franco»Especial ·
«El juicio supuso una bandera de enganche para muchos jóvenes que fueron atraídos por una banda que se enfrentaba a Franco»El consejo de guerra de Burgos, celebrado en diciembre de 1970, supuso la cumbre de la historia de ascendencia y caída de ETA.La banda consiguió una ola de complicidades, tanto en España como en el extranjero, que nunca más volvería a tener de ... su lado. Pero también sembró las bases de lo que supondría su degeneración y derrota. ETA recorrió el camino hacia lo que los historiadores denominan 'brutalización': la adopción en todo el cuerpo social de una organización del discurso bélico y, por lo tanto, la justificación de la violencia como método para alcanzar objetivos políticos, la deshumanización del adversario o la exaltación de la muerte, los mártires y los héroes violentos. Una deriva que, a la larga, le fue privando de todo tipo de apoyos.
Publicidad
Una de las figuras claves para entender esta deriva de ETA es Telesforo Monzón, un polémico político, clave en la historia de ETA y del nacionalismo vasco. Durante la Guerra Civil, Monzón fue consejero de Gobernación en el Gobierno del lehendakari Aguirre. En 1937 se vio salpicado, por una presunta inacción, en el asesinato de más de 200 personas que se encontraban presas en distintas cárceles de Bilbao. Miembros del PNV llegaron a pedir su dimisión por su pasividad ante la matanza pero fue respaldado por Aguirre. Tras la victoria de los franquistas huyó a Francia y luego a México. En el exilio se enfrentó con su partido, el PNV, puesto que él defendía la aproximación a los monárquicos y a los carlistas. Ya en los años 70 se acercó a la izquierda abertzale y llegó a ser uno de los fundadores de HB. Falleció en 1981 tras haber sido diputado de HB e incluso haber sido encarcelado por apología del terrorismo.
Monzón tuvo un papel destacado en el consejo de guerra de Burgos ya que, dos días antes de que empezase la vista oral, ETA secuestro al cónsul de Alemania en San Sebastián, Eugen Beihl. El histórico político se convirtió en un mediador durante el cautiverio del diplomático,que sería liberado en Wiesbadem el día de Navidad de 1970. Estuvo 25 días en poder de los terroristas, en lo que supuso el primer secuestro de la historia de la banda. Durante ese tiempo Monzón se convirtió en uno de los protagonistas mediáticos del proceso. Es paradójico que los propios militantes de ETA procesados en Burgos condenasen el secuestro del cónsul, puesto que entendían que dañaba su reputación internacional. Pero es que ETA ya estaba entonces dividida entre los militaristas, autores de la acción contra el cónsul, y los más políticos, sentados en el banquillo.
Noticia Relacionada
En ese momento Monzón dirigía 'Anai Artea', una asociación de ayuda a refugiados. Pero también era un propagandista activo del nacionalismo más esencial. El historiador Fernando Martínez Rueda, en un trabajo sobre este político, recuerda que Monzón se esforzó en presentar a ETA como una continuación de los 'gudaris' que participaron en la Guerra Civil. Para el dirigente radical, los soldados vascos habían sido «ángeles» durante la contienda y los etarras era «los gudaris de hoy». Monzón, además, consideraba que el conflicto bélico había sido «una sublime locura colectiva» que había servido para fortalecer «la conciencia nacional». Monzón construyó el discurso según el cual ETA continuaba la Guerra Civil. Por ello llegó a decir, por ejemplo, que «el proceso de Burgos y el bombardeo de Gernika eran dos caras de la misma moneda».
Sigue leyendo sobre el Proceso de Burgos
Antonio Corbillón
Antonio Corbillón
Lo que hizo Monzón -para quien los etarras eran «la aristocracia» de Euskadi- puede considerarse un caso canónico de brutalización, es decir, de colocar la violencia, la experiencia bélica, en el centro del pensamiento político. El concepto de 'brutalización' fue acuñado por el historiador George L. Moose tras estudiar la manera en la que el fascismo se había impuesto en Europa en el periodo de entreguerras. Moose defendió que los discursos belicistas que triunfaron tras la I Guerra Mundial ayudaron a la expansión de los pensamientos más radicales. En este nuevo activismo político, impulsado por veteranos de la guerra, implicó por ejemplo, la manipulación de la juventud. «El intenso activismo político se confundía crecientemente con la vida privada (de los jóvenes militantes), al tiempo que el ocio (excursiones, deportes, lecturas, reuniones, campañas, etc...) era administrado casi totalmente, totalitariamente, por la organización hasta que el joven militante consideraba la doctrina política no solo como un proyecto de transformación objetiva de la sociedad, sino como un verdadero credo de valores personales por los que merecía la pena morir o matar», según ha escrito el historiador español Eduardo González Calleja.
Publicidad
Este experto también ha puesto de relieve que, en el activismo político propio de la 'brutalización', «las marchas, reuniones, canciones, entierros de camaradas muertos, saludos, gritos rituales, etc...representaban algo completamente nuevo respecto de anteriores activismos políticos, basados en elecciones (…) o los métodos parlamentarios». En este sentido, las ceremonias de recibimiento a presos que actualmente se encuentran en el ojo del huracán forman parte de esta exaltación que ya fue investigada en el periodo de entreguerras. En un momento en el que ETA ya ha desaparecido y la izquierda abertzale participa de lleno en el juego político, los 'ongi etorris' suponen una adherencia a este pensamiento militarista.
Lo que se produjo en 1970 fue una combinación letal. El Proceso de Burgos supuso una bandera de enganche para muchos jóvenes que fueron atraídos por una banda que se enfrentaba a Franco. El problema es que el pensamiento de ETA ya no era democrático. Según el experto Florencio Domínguez, en 1974 el 62,5% de los miembros de la banda se habían incorporado a la organización después del consejo de guerra. El 37% lo había hecho con antelación. Estos datos revelan que la gran renovación de la banda se produjo en el proceso de Burgos, pero en un momento en el que su discurso estaba derivando hacia los planteamiento más totalitarios. De esta forma, cuando llegó la democracia, la banda perpetró sus matanzas más sangrientas y causó su mayor número de víctimas.
Publicidad
Noticia Relacionada
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.