«Una nota de color es importante para levantar el ánimo»
Sefa Tur, propietaria de Coquelicot Flores ·
La florista Sefa Tur afronta la reapertura física con ilusión y mucha precaución, confiando en la respuesta de los clientes y en que todos unidos podremos superar la crisis de la covid-19 | Las flores y las plantas se han echado de menos en las casas burgalesas
Las flores, las plantas no son un artículo de primera necesidad. En esta crisis de la covid-19, que nos ha mantenido durante semanas confinados en casa y aun ahora nos limita los desplazamientos, lo prioritario ha sido garantizar el acceso a alimentación y bienes básicos. Sin embargo, no podemos olvidar el impacto anímico y psicológico que esta situación extraordinaria está teniendo en cada uno de nosotros y, ahí precisamente, juegan un papel muy importante las floristerías. Flores y plantas dan un toque de color, alegría e ilusión imprescindible para sobrellevar la crisis.
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«Una nota de color es importante para levantar el ánimo», afirma Sefa Tur, propietaria de Coquelicot Flores, que afronta con mucha ilusión la reapertura de la tienda física. Y con mucha prudencia, pues el sector del comercio está siendo muy responsable, implementado todas las medidas de seguridad necesarias (mascarillas, guantes, desinfección) para protegerse y proteger al cliente. También en las entregas a domicilio, en las que han estado volcados en Coquelicot en las últimas semanas, para alegrar el día a día a los burgaleses.
«¡No pensaba que se pudiera echar tanto de menos tener una planta o un ramo, una nota de color en casa!» ha sido una de las frases más repetidas durante esta crisis sanitaria, en la que Coquelicot también ha trabajado con encargos realizados a través de la web. De hecho, así celebraron el Día de la Madre, una fecha clave para el sector de las floristerías, y con un gran componente emocional. «La gente lo estaba pasando mal, no se podían acercar a felicitar a sus madres», reconoce Sefa, así que encargaban flores y plantas «para que no piense que nos hemos olvidado de ella».
Después han llegado las citas previas, pero deseando poder tener abierta la floristería para atender «las compras por impulso», sobre todo ahora que estamos cada vez más tiempo en la calle. Pasas por una floristería, ves los ramos y te animas a llevar algo de color e ilusión a casa, después de tanta «oscuridad, tristeza». Así que Sefa confía en que, poco a poco, se reactiven las ventas y respetando las medidas de seguridad se pueda volver a la normalidad. «Existe mucho miedo a salir, a comprar y va a costar mucho quitarlo; hay que ir muy despacio», admite.
También despacio va la administración, con sus trámites, con su papeleo, con su burocracia. El sector de las floristerías, como otros muchos, está muy tocado. «Estamos en todos los sitios», recuerda, Sefa. En eventos, banquetes, ceremonias, exposiciones, hoteles... Toda esa actividad se ha paralizado, todo ese negocio ha quedado congelado, pero los gastos se mantienen. «Estás sufriendo porque tienes gente a tu cargo», además de tener que pagar alquileres o impuestos. «Nos toca esperar y confiar; todos nos necesitamos y si no funcionamos todos, esto se hunde», afirma.
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Así que Sefa Tur quiere ser optimista, confiar en que los burgaleses irán perdiendo poco a poco el miedo de acudir a los comercios, y en que las medidas de alivio también contribuyan a reactivar la economía. Eso sí, reconoce que todos vamos a tener que adaptarnos a una nueva forma de trabajar, de relacionarnos, de comprar. Los encargos y el reparto a domicilio son claves, pero también interiorizar las medidas de seguridad para frenar el virus y estar preparados por si existe un rebrote en otoño que no suponga una nueva paralización de la economía y de la vida.
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