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La pandemia de la covid-19 ha despertado un interés por el mundo rural. Una atención a lo rural que ha pasado del desprecio por lo 'pueblerino' a una sublimación de lo rural, donde vemos que es más fácil combatir una pandemia. Pero el medio ... rural español, e igualmente, el burgalés, siempre ha estado vivo aunque haya pasado desapercibido. Siempre ha contado con gente comprometida, trabajadora e imprescindible para la sociedad.
Un ejemplo que rompe con todos los estereotipos y que, además, trabaja para acabar con los prejuicios hacia lo rural es Miriam Delgado Barrios. Esta burgalesa de 24 años es agricultora y ganadera desde hace casi cinco años pero, además, es alcaldesa de su pueblo, Villaquirán de la Puebla. A esto se suma una labor divulgativa esencial, desde sus redes sociales aprovecha para dar visibilidad y mejorar la imagen de los jóvenes ganaderos y agricultores.
Villaquirán de la Puebla es un pueblo burgalés de unos 50 habitantes. Allí se crió Miriam y allí reside y trabaja ahora. Estudió estética en Burgos pero regresó al pueblo. Su padre y su tío se jubilaban, su hermano llevaba ya unos años incorporado a la actividad agrícola y ganadera y «él solo no podía con ello. Me propuso incorporarme al trabajo con él y así lo hice. Aquí seguimos los dos. En 2021 hará cinco años que me sumé al trabajo», explica Miriam.
Casi cinco años de trayectoria que tienen un claro veredicto, «estoy contenta, a veces es duro, te preguntas por qué te has metido en esto, como en todos los trabajos. Pero merece la pena. Esto te tiene que gustar y espero seguir aquí para siempre», asegura.
En su caso se dedica más a la agricultura pero también tiene ganado. «Llevamos unas 500 hectáreas. Sembramos camelina, cereal, forrajes», enumera. Una actividad que engloba mucho más de lo que se ve a simple vista. No basta con saber de cultivos y animales, hay que gestionar, hay que hacer números, estar familiarizado con la economía. Por ello, Miriam realizó el curso de Asaja para incorporarse como joven agricultura y ganadera. Pero, además, cuenta con una enseñanza privilegiada, la de haberse criado en ese entorno. «Todo lo que sé es por verlo desde pequeña, por criarme con mi padre en el tractor, con las vacas», recuerda.
Uno de los principales problemas del mundo rural burgalés es el envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional. Dos barreras que tumba Miriam. Es la más joven de su pueblo. Desde pequeña siempre quiso ser alcaldesa y ahora ha cumplido su deseo. «Le propuse a otra chica del pueblo, que no vive aquí habitualmente pero viene siempre que puede. Yo fui como primera de lista porque estoy aquí todos los días y ella como segunda», recuerda. Y sus vecinos han hablado. Miriam es la alcaldesa y su compañera, la tenienta de alcalde.
Otro hito que ha marcado Miriam. Es la primera alcaldesa de su pueblo. «Nunca habíamos tenido una alcaldesa, así que me siento muy orgullosa. Creo que hacía falta un cambio, hay que dejar espacio a la gente joven. Que no solo nos critiquen porque podemos hacer mucho», apunta. Y en esas está, en acabar con los prejuicios existentes contra la gente joven, esos que dicen que les falta compromiso.
Igualmente, aprovecha el espacio de las redes sociales para mostrar su vida como joven agricultora y ganadera y alcaldesa del medio rural, «quiero acabar con los prejuicios, mostrar su beneficios», explica. «Se me ocurrió contar un poco de esta vida en redes sociales porque vi a otras personas que subían cosas del campo y me parecía interesante. Quiero que se conozca cómo es la realidad, cómo se vive aquí». Y esta labor divulgativa está teniendo mucho éxito. «Me sigue mucha gente y, además, es que se interesan y me preguntan mucho. Hay mucha curiosidad por lo que hacemos, por los paisajes y lugares».
Durante el primer estado de alarma, con el confinamiento domiciliario, Miriam ha seguido saliendo al campo, «la agricultura y la ganadería son esenciales, no pueden parar y hemos seguido trabajando».
Explica esta agricultora que la pandemia de la covid-19 no ha afectado tanto a esta actividad porque «salió el mercado chino a comprar cereal porque habían agotado lo almacenado. Salieron al mercado y el precio del cereal ha estado bien y no se esperaba que fuese así. Al contrario que la ganadería. Nosotros no nos dedicamos cien por cien a la ganadería pero quien sí lo haga está pasando momento duros. No salen las cuentas. La ganadería está paralizada porque nota el cierre de la hostelería y la ausencia de reuniones. Yo ahora tengo para vender pero no lo hago porque está regalado«, explica.
El medio rural burgalés necesita gente como Miriam pero también necesita otras acciones para ayudar. «Necesitamos visibilidad y recursos», comenta esta regidora. Ejemplifica que, en su pueblo, el consultorio médico permanece cerrado, lleva así toda la pandemia, sin visitas en el centro y con gente mayor con dificultad para desplazarse. «Tenemos miedo a que no se vuelva a abrir», reconoce.
«Cómo atraes a gente joven si se nos quitan servicios. Sin médico, sin bancos cerca... En el medio rural hay trabajo y la vida tiene un menor coste pero se necesitan servicios», asegura. Sanidad, servicios financieros, conectividad, buenas comunicaciones por carretera son algunas de las principales reivindicaciones del medio rural burgalés.
«Nosotros solos no podemos sostener la vida en el medio rural. Se necesita mucho más apoyo, ayudas e implicación de las instituciones. De esas que están por encima de los pequeños ayuntamientos», concluye.
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