Las lluvias del otoño y las altas temperaturas aplazan a 2020 el llenado en pruebas de la presa de Castrovido

El otoño ha venido cargado de lluvias, más de las habituales, lo que unido a unas temperaturas suaves tras la nieve, ha hecho que el caudal del Arlanza haya crecido impidiendo el desarrollo de los trabajos de cierre del aliviadero. En estos momentos, las obras se centran en levantar los muros de hormigón de la bóveda de cierre en la presa de cola, donde además se ha comenzado con la acometida eléctrica.

Mientras, en la presa principal se actúa en instalaciones imprescindibles para el correcto funcionamiento de la infraestructura, y sin las que tampoco se podría poner en servicio. Según informa la CHD los trabajos se centran en instalaciones como la centralización de la auscultación y toma de datos, comunicaciones, vigilancia y equipos del plan de emergencias.

Con respecto a este último, ya se han montado las cuatro torres con sirenas de aviso a la población en Terrazas (donde se localiza la coronación de la presa), Castrovido, Salas de los Infantes y La Revilla. Y quedan pendientes, también, instalaciones eléctricas, equipos de desagües, reforestaciones y obras de acondicionamiento final de los accesos, así como el adecentamiento general de la zona tras completar el proyecto constructivo.

Los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero recuerdan que el llenado en pruebas no comenzará hasta que no se completen los trabajos en la presa principal, se haya implantado totalmente el plan de emergencia y se haya cerrado el desvío provisional del río. Y teniendo en cuenta que el Arlanza baja cargado,en la CHD ya aplazan a 2020 el inicio de la puesta en carga de la presa.

Se hará, como siempre se ha indicado, de manera escalonada, con un programa de llenado y vaciado parciales, «en los que se irá verificando el correcto comportamiento de la presa, sus instalaciones y del propio embalse hasta llegar al llenado completo». Hasta el momento, se han invertido 230,43 millones de euros, de los 230,48 previstos, por lo que quedará pendiente para 2020 una inversión de 400.000 euros.

El retraso en la culminación de las obras molesta a las zonas afectadas, que esperaban ver el llenado de la presa este año y poder verla en funcionamiento en 2020. «Es una pena», afirma Dositeo Martín, portavoz de la comisión de seguimiento, quien recuerda la necesidad de agua de la zona para los proyectos de regadío, y también para regular el caudal del Arlanza.

De hecho, en los últimos días se ha registrado un incremento del caudal, a consecuencia de las lluvias y el deshielo, y el río ha entrado incluso en situación de alarma y alerta, lo que traer de nuevo el fantasma de las riadas y las inundaciones, que viene marcando los inviernos en la cuenca del Arlanza, y que acabarán cuando la presa está en marcha.

Martín afirma que, con un otoño tan lluvioso, incluso se podía haber hecho sin problemas el llenado en pruebas. Sin embargo, los trabajos se han ido retrasando por diversos motivos, entre ellos también se encuentran problemas de certificaciones de obra, apunta Martín, y ahora solo queda esperar a 2020.