Los langostinos del restaurante-hotel Landilla, en el término municipal de la localidad burgalesa de Villagonzalo Pedernales, se han convertido en protagonistas y 'colaboradores' para dar con una persona con «antecedentes» o «buscado por la policía».
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La historia se remonta al pasado de ... 6 enero, en plena celebración de los Reyes Magos. Un grupo de once personas reservaron para comer en el restaurante ubicado en el kilómetro 232 de la N-1 y degustaron como primeras opciones una sopa de la casa con boletus, ensaladas y unos langostinos, regados con varias botellas de vino entre las que imperaba una de Ramón Bilbao. Y con los crustáceos acabó el banquete para estos once comensales. «Una vez que los comieron, nos dijeron que no les gustaban. Para compensar, les ofrecimos otro plato u otra tanda de langostinos», rememora el dueño del establecimiento, Iker Salgado.
La elección por gran parte de los comensales fue repetir con los crustáceos. «Nos volvieron a decir que no les agradaban, pero se comieron todos», incide Salgado. Acto seguido, gran parte del grupo se acercó hasta la recepción para solicitar la hoja de reclamaciones, documento que no entregó el propietario al no pagar la factura de la comida. «Les dije que tenían que pagar la consumición para recibir la hoja, ya que no tenía ningún problema en entregarla. Se pusieron violentos y nos empezaron a decir que nos iban a poner a parir en todos los medios de comunicación. Uno dijo: 'voy a llamar a la policía', a lo que contesté que así me ahorraban el trámite de la denuncia», apunta el propietario.
Esa jornada la Guardia Civil no apareció por el restaurante, pero dos días más tarde, el propio Salgado denunció los hechos, ya que la factura ascendía a 445 euros. «Casualidades de la vida, el titular del número de teléfono que emitió la reserva debía tener antecedentes o estar buscado por la policía y hace dos días participé en una rueda de reconocimiento», afirma Salgado.
Finalmente, la Guardia Civil está investigando a D.P.M., persona que hizo la reserva, por un delito de estafa, por lo que las diligencias instruidas han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción Número 3 de Burgos.
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Por su parte, el propietario del local se ha mostrado siempre tranquilo, ya que contaba también con la colaboración del resto de comensales que se dieron cita el Día de Reyes. «Ese día teníamos a 150 personas en el comedor. Los que estaban en las mesas aledañas nos afirmaron que estaban intentando armar alguna. Les escuchaban decir esperad a que saquen más langostinos. Otro nos dijo que se prestaba a testificar para recalcar que el menú estaba totalmente apto y conforme», concluye Salgado.
Y es que ese Día de Reyes, los langostinos hicieron su particular magia y ayudaron a esclarecer los hechos. Por cierto, en Landilla estos siguen siendo uno de los platos estrella del restaurante.
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