El incendio de Burgos arrasa 3.500 hectáreas y daña 47 inmuebles en Santibáñez del Val

El panorama es desolador. Cientos de hectáreas –las primeras estimaciones apuntan a más de 3.500– han sido pasto de las llamas como consecuencia del devastador incendio originado el pasado domingo en la comarca burgalesa del Arlanza. Un incendio que se ha llevado por delante campos de cereal, un sabinar con un enorme valor medioambiental y un buen puñado de inmuebles en Silos, Quintanilla del Coco y Santibáñez del Val. De hecho, en este último municipio las llamas dañaron 47 inmuebles, según estimó la alcaldesa, Ana María García.

La herida, sin duda, tardará en cerrarse. Y eso a pesar de que el incendio amaneció este lunes estabilizado tras una noche de enorme angustia en la zona. Según confirmaban desde la Delegación de la Junta de Castilla y León a primera hora de la mañana, ya no había llamas ni grandes focos activos, aunque sí infinidad de rescoldos con capacidad para reavivar el fuego en cualquier momento.

Así, los esfuerzos del amplio dispositivo desplegado en la zona se centraron este lunes en tres frentes muy concretos: controlar posibles conatos, consolidar el perímetro para evitar que el fuego volviera a correr libremente y sofocar las llamas que aún asolaban varias construcciones en Quintanilla del Coco, Santo Domingo de Silos y, sobre todo, Santibáñez del Val.

La pequeña localidad bañada por el río Mataviejas es, sin duda, la más afectada por el devastador incendio. Según relatan los propios vecinos, las llamas, que llegaron a media tarde el domingo empujadas por el fuerte viento, rodearon el pueblo en un abrir y cerrar de ojos. Y de los campos, el fuego saltó a los edificios, llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso. El escenario era –coinciden– infernal.

De hecho, este lunes, casi 24 horas después de que el fuego alcanzara el pueblo, aún había focos activos en varias casas, tenadas y almacenes, fundamentalmente de la parte baja de la localidad. Más de una decena de construcciones han desaparecido.

El fuego también se llevó por delante un puñado de almacenes y naves de Santo Domingo de Silos, así como algunas explotaciones ganaderas y agrícolas de todo el valle. La buena noticia es que el fuego, sin duda el más virulento de los registrados en la provincia de Burgos en la última década y el que más preocupaba ayer en la comunidad, no ha provocado daños personales.

Y eso a pesar de que la Guardia Civil tuvo que desalojar el domingo las localidades de Santibáñez del Val, Santo Domingo de Silos, Carazo, Villanueva de Carazo y Hacinas. El fuego, finalmente, no alcanzó en ningún momento las tres últimas localidades, pero la enorme columna de humo obligó a sacar a los vecinos de allí a toda prisa. Con lo puesto y poco más. Entre humo, ruido, nervios y más de una lágrima.

En total, alrededor de 500 personas tuvieron que abandonar esos cinco pueblos. Entre ellas había vecinos de toda la vida, veraneantes con segundas residencias, viajeros de visita en Santo Domingo de Silos e incluso un campamento con más de un centenar de personas.

Todos los que no encontraron asilo en viviendas de familiares o amigos del entorno fueron reubicados en Huerta de Rey y, sobre todo, Salas de los Infantes, cuyo ayuntamiento puso a disposición del operativo el polideportivo y el complejo educativo. Allí pasaron la noche como buenamente pudieron más de 200 personas.

A media mañana se desplazaban hasta la zona los consejeros de Sanidad y Educación, Alejandro Vázquez y Rocío Lucas, respectivamente. Ambos acompañaban al delegado territorial de la Junta en Burgos, Roberto Sáiz, quien confirmaba que el incendio estaba estabilizado gracias a la labor del amplio dispositivo desplegado durante la jornada anterior. También a última hora de la mañana de este lunes se desplazaba hasta la zona el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien, en compañía de la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, visitaba la 'zona cero' y conocía 'in situ' la evolución de las llamas. Según destacó, el Gobierno colaborará en todo lo posible para la extinción definitiva del incendio, que al cierre de esta edición permanecía activo, aunque su avance se había visto ralentizado. El principal temor continuaba siendo el viento.

En este sentido, cabe destacar que la Junta confirmó este lunes que los vecinos de Hacinas, Contreras y Villanueva de Contreras podrían volver a sus casas; los de Santibáñez del Val y Santo Domingo de Silos deberán esperar para regresar. Además, a última hora de este lunes seguía activo el nivel 2 de alerta del Infocal –el único de la región– y varios tramos de tres carreteras permanecían cortados. A la espera de que la investigación lo confirme, las propias autoridades apuntaban a un posible origen humano, en este caso motivado por la «negligencia» de un agricultor que habría estado trabajando fuera del horario permitido. A priori, la principal hipótesis es que las llamas se originaron por la chispa de una cosechadora y, tras arrasar un campo de cereal, saltaron a las fincas colindantes.

Era el de Burgos el que más preocupaba, pero no fue el único que este lunes estaba activo en Castilla y León. En León, los esfuerzos de más de 350 profesionales del operativo permitieron que el fuego de Montes de Valdueza bajara a nivel 1. Asimismo, el fuego forestal originado en la tarde del domingo en la localidad zamorana de Vegalatrave descendió a nivel 1 de peligrosidad después de haber arrasado cerca de 2.000 hectáreas y haber afectado a una decena de viviendas deshabitadas y dos naves ganaderas en Losacio, uno de los seis que tuvieron que ser evacuados. También se rebajó a nivel 1 el fuego de San Juan de la Nava y El Barraco, en Ávila, tras calcinar unas 530 hectáreas. Además, en Cebreros y Hoyo de Pinares se decidió bajar a cero el nivel de peligrosidad, tras arrasar unas 4.500 hectáreas y haber desalojado durante tres días a los vecinos de El Hoyo de Pinares.

Con información de Alicia Pérez y Patricia Carro.

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