«De no haber intervenido tan rápido en el incendio, el impacto hubiera sido muchísimo mayor»

A pesar de estar ya extinguido el incendio de la ladera del castillo de Burgos, que esta noche alertó a los vecinos de la ciudad ante las sorprendentes imágenes, los Bomberos de Burgos continúan desplegándose por la zona para enfriar los restos calcinados y evitar posibles rebrotes. Y así lo seguirán haciendo a lo largo del día.

El objetivo es que no se repitan las imágenes de esta noche, cuando las llamas en los aledaños del castillo sobrecogieron a todos los vecinos de la zona, sobre todo los que viven a pocos metros de unos de los focos del incendio. «Del foco a la carretera hay escasos metros y están muy cerca las casas», apunta esta mañana el jefe de los Bomberos de Burgos, Miguel Ángel Extremo, que tuvo que movilizar a los 16 profesionales que estaban en el turno de noche (con él 17) y llamar a otros seis compañeros para que acudieran al parque por si había otra emergencia.

Precisamente la rápida intervención del Servicio de Extinción de Incendios fue vital para controlar las llamas. «Lo bueno es que no había nada viento y eso nos facilitó las labores de extinción porque el viento siempre corre más que nosotros. Sabemos que este tipo de incendios hay que cortarlos cuantos antes y de no haber intervenido tan rápido, el impacto hubiera sido muchísimo mayor», continúa Extremo.

En esa rápida intervención, se emplearon tres autobombas y fue vital también la colaboración del Semat, que aportó una cisterna con 20.000 litros de agua.

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