Gumiel de Izán, un coqueto trazado medieval

Un entramado urbano de gran belleza en el que resaltan los tejados de cerámica y las estructuras de madera y adobe. Gumiel de Izán presume de su pasado romano y de haber sido declarada villa real en 1326 por Alfonso XI. Siglos después, en el año 2004, consiguió la declaración de conjunto histórico artístico por un trazado medieval cuajado de lagares y de interesante arquitectura popular. En una de esas casas vivió durante algunos años Santo Domingo de Guzmán. Esa construcción todavía se conserva y se identifica fácilmente a través de una placa conmemorativa.

Paseando entre sus estrechas y empinadas calles se puede disfrutar de antiguas casonas con escudos heráldicos hasta llegar a la Plaza Mayor. Allí se encuentra el monumento más emblemático, la iglesia de Santa María, un impresionante templo gótico con fachada y escalinatas barrocas. En su interior, de tres naves, destaca el retablo del altar mayor, tardogótico, de principios del siglo XVI. La iglesia atesora piezas de gran riqueza patrimonial que han contribuido en varias ocasiones a la exposición 'Las Edades del Hombre'.

Si se va atrás en el tiempo, en la época medieval la villa estaba completamente cercada por una muralla que contaba con cinco puertas, además de una torre-fortaleza y numerosas galerías subterráneas. De esa antigua estructura quedan algunos restos y las galerías del subsuelo.

Asimismo, se mantiene en pie el arco de los Mesones, por donde pasaba el Camino Real de Madrid y que posee una inscripción que data de 1786. Este arco está en el extremo norte de la calle Real y en el extremo sur se conserva un trozo de la muralla.

Varias ermitas se convierten también en parada obligatoria. Una de ellas, San Roque, está enclavada dentro del mismo pueblo, con unas dimensiones que la hacen ser una de las más pequeñas de la región. Y a un kilómetro y medio de distancia se encuentra la ermita de la patrona, la Virgen del Río. En medio de una arboleda irrumpe esta interesante muestra de la arquitectura religiosa del siglo XVIII. Se dice que los papas concedieron gracias y plegarias a cuantos visitaban esta ermita. Más lejos, a cuatro kilómetros al norte del pueblo, se levanta la ermita del Santo Cristo Reveche, muy bien conservada y con una interesante portada de arquivoltas y ábside decorado.

Además, el subsuelo del municipio está lleno de bodegas, tradicionales, pequeñas y antiguas, que conviven con la grandiosidad y la vanguardia de las nuevas elaboradoras de Ribera del Duero. Portia, diseñada por el afamado arquitecto Norman Foster, es el nombre de referencia entre los edificios enoturísticos en la Ribera del Duero.

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