Fresnillo de las Dueñas: «El milagro del agua»

Debe su nombre a una planta medicinal que crecía en la zona, semejante al orégano, y a un monasterio de monjas dueñas premostratenses que fundó Alfonso VIII y que vivió años de gran esplendor. A tan solo cinco kilómetros de Aranda de Duero, siguiendo la carretera N-122, se encuentra la localidad de Fresnillo de las Dueñas. En la actualidad, conserva, entre otros, numerosas casas solariegas.

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Destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, un templo gótico que alberga esculturas atribuidas a Diego de Siloé y un bello artesonado. Data de principios del siglo XVI y en su interior focaliza la atención un retablo del siglo XVII con cuatro imágenes de los evangelistas San Juan, San Mateo, San Lucas y San Marcos; y un rico artesonado bajo el coro. En primera instancia, la iglesia era de estilo románico, sin embargo, con el paso del tiempo se reformó aprovechando los pilares de la misma para adaptarla al estilo gótico. Se terminó en 1517, aunque fue mandada reformar de nuevo en 1579 por el obispado de Lié Ruíz Sánchez.

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También en el centro del pueblo, en concreto en la plaza Mayor, se levanta la ermita de San Pedro de Bourges. Una obra nacida a raíz de atribuir al santo el milagro de hacer brotar la fuente que abastece el pueblo. En ella, el agua es protagonista. San Pedro, natural de la localidad francesa de Bourges, en sus últimos años de vida, allá por el siglo XI, llegó al obispado de Osma.

Una vez, a su paso por Fresnillo no había sitio donde acoger al santo y a sus acompañantes, y tuvieron que protegerse debajo de una encina. Por la sed que arrastraban rezaron y, de la misma encina que les protegía, brotó agua suficiente para abastecer a toda la expedición. Tanta agua sobró que los lugareños pudieron usarla para curar sus heridas. Fuera del término municipal, en la vega, se encuentra la ermita del Santo del Priorato.

Fresnillo de las Dueñas cuenta, además, con fuentes, lavaderos, bodegas y molinos tradicionales. Además, su situación es ideal para disfrutar de la naturaleza y las rutas que existen en sus alrededores, como el Sendero de la Aromática. A su paso por Fresnillo el recorrido transita por la ribera del río Duero con sus aguas remansadas, que invitan a caminar bajo la sombra de su bosque de ribera, formado por chopos, fresnos, álamos, sauces y alisos. El sendero prosigue por la amplia vega del río con un paisaje dominado por las grandes explotaciones de regadío, dedicadas principalmente al cultivo de remolacha y el monte de Fresnillo, para desembocar en el canal de Guma.

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