¿Qué hacer si te topas con una serpiente? Lo imprescindible, no atacarla

No importa que sean animales, ellos también pueden tener algún despiste y alejarse de su hábitat natural. Por ello, cabe la posibilidad de que lleguen hasta una casa, un centro comercial, un colegio, etc., aunque es más frecuente encontrarlas en zonas húmedas, con mucha vegetación y en las inmediaciones de los ríos. Esta situación se ha repetido varias veces en lo que va de mes en la provincia burgalesa. En todas ellas, los ciudadanos han dado aviso a la Policía o al Servicio de Emergencias 112, porque ese es el primer paso y el más importante, alertar a las autoridades competentes.

Si esta acción se ha llevado a cabo, en unos minutos los Agentes Medioambientales se personarán en el lugar y se harán cargo de la serpiente. Ellos son profesionales y saben cómo actuar, pero quizás nosotros, ante los nervios, no respondemos de la manera más adecuada. Por ello, Esaú Escolar, presidente de la Asociación de Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León (APAMCYL), recuerda que lo imprescindible es no tocar el animal. Ellos identificarán el ejemplar y se desplazarán hasta el monte, para alejarlo de la población y ponerlo en libertad.

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La culebra, ante nuestra presencia, es frecuente que levante la cabeza, irguiendo el cuello, y haga un sonido, un bufido. Ante ello, «muchas personas las molestan con un palo», afirma Escolar, pero es «importante recordar que son especies protegidas y está prohibido matarlas». Por ello, si la serpiente está en el interior «se puede abrir la puerta e intentar que se marche ella sola». Por otro lado, si nos la encontramos de cerca «no hay que hacer movimientos bruscos, sino alejarse lentamente». Y después de hacerlo, no olvidarse de llamar al 112 y dar el aviso.

Quizás la máxima preocupación de todos es que la serpiente sea venenosa. Sin embargo, el presidente recuerda que «hay muy pocos ejemplares en la zona de Castilla y León», aunque también reconoce que sobre todo se encuentran en la zona de la sierra. Las víboras tienen la cabeza triangular, pero hay otras especies que también, por lo que la clave para diferenciarlas del resto es fijarse en que la pupila del ojo no sea redonda, sino ojival. De nuevo, no hay que atacar al animal, pero si corremos la mala suerte de que nos muerda, el proceso de actuación es el mismo: siempre llamar a Emergencias y, en este caso, avisar del incidente para que se pueda desplazar un equipo médico que pueda suministrar el antídoto correspondiente.