El viernes pasado los niños que disfrutaban de un campamento de verano en la localidad burgalesa de Villamediana de Lomas volvieron a Burgos después de acabar su estancia en el campamento. Tras la algarabía por el reencuentro con los padres llegaron los primeros síntomas de alarma.
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Según informan algunos de los padres de los participantes en este campamento privado, algunos de los niños llegaron a casa con síntomas que podrían ser compatibles con la covid-19: mocos, dolor de garganta o dolor de cabeza.
Para salir de dudas y poder continuar con las vacaciones con tranquilidad, una de las familias decidió comprar un test diagnóstico en la farmacia que confirmó el positivo de su hijo. Tras recibir este resultado comunicaron a Sanidad el contagio. Con este precedente, otras familias compraron también el test en la farmacia, por lo que el número de contagios ha ido en aumento desde el viernes.
Desde la Junta de Castilla y León han confirmado a BURGOSconecta el brote detectado entre los participantes de este campamento, pero no disponen aún del número de afectados al continuar los rastreadores con su labor y estar realizándose las pruebas diagnósticas entre los niños y sus familiares durante este lunes.
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