Descubren el galeón español 'Santo Cristo de Burgos' naufragado hace 300 años en Estados Unidos

El paradero del galeón Santo Cristo de Burgos ha sido un misterio hasta junio de este año, cuando las autoridades estatales anunciaron el hallazgo. Resulta que desapareció en 1693 tras un naufragio y algunos restos terminaron en el interior de unas cuevas marinas cerca de Manzanita, costa de Oregón (Estados Unidos).

Un grupo de arqueólogos y de personal de las fuerzas del orden junto a equipos de búsqueda y de rescate locales y estatales participaron en el descubrimiento del galeón Santo Cristo de Burgos este año. De hecho, la Sociedad de Arqueología Marítima (MAS) lleva buscando el naufragio desde hace quince años.

La MAS sacó a la luz información sobre los pasajeros en 2018. Entre las 231 personas que viajaban a bordo había unos 170 españoles, entre ellos clérigos, nobles, militares y marineros. También iban 64 chinos, malasios e hispano-filipinos.

Pero, ¿cómo lo han identificado con el galeón Santo Cristo de Burgos? Resulta que la docena de piezas que conformaban el casco están fabricadas con un tipo de madera empleada para producir barcos durante el siglo XVII en Asia. Esto coincide con la embarcación en cuestión.

El Consulado del Mar de Burgos, creado por Isabel I de Castilla en 1494, convirtió Burgos en epicentro de dos de las rutas comerciales más importantes de Europa en el siglo XVI. Desde esta institución se fletaban navíos para transportar mercancías y se creó una ruta comercial con Flandes.

Pero no solo constituyó un punto de partida hacia Europa, Burgos fue el centro neurálgico desde el que se impulsaban viajes y proyectos en el continente americano. Sin embargo, a finales del siglo XVI comenzó el declive de la exportación del comercio burgalés, no solo porque las rutas empezaron a ser inseguras por la presencia de la piratería, sino también por el clima belicista en Europa.

El edificio del Consulado del Mar se encuentra en el paseo del Espolón, en pleno centro de Burgos, es de estilo neoclásico y actualmente alberga la Academia Provincial de Dibujo de Burgos.

Además, es la sede de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes (Institución Fernán González). La planta baja está abierta al público y acoge exposiciones.

El Santo Cristo de Burgos es un galeón de Manila, es decir, un barco construido a partir de un tipo de madera resistente con fines comerciales. Concretamente, emprendía una ruta anual entre las colonias españolas de Nueva España (México en la actualidad) y Filipinas entre 1565 y 1815, la primera era del comercio internacional.

Si bien el océano Pacífico ha sido el escenario de innumerables naufragios, se han localizado muy galeones de Manila naufragados. Solo han encontrado tres: uno en Baja California, otro en California y otro más en Oregón. Además, es la primera vez que descubren algún resto de casco superviviente.

El barco transportaba cera de abejas y seda desde Filipinas con destino a México hace unos 300 años. Así, es conocido como el 'Pecio de la Cera de Abejas' o 'naufragio del Beeswax' y forma parte de la tradición local porque algunos bloques de cera de abejas llegaban a la costa. Incluso transportaban velas para monasterios, iglesias y hogares.

Además, hay sospechas de que los fragmentos de porcelana china que aparecen en las costas de Manzanita proceden del cargamento del galeón. El principal motivo es que datan del periodo Kangxi (1661-1722).

Por consiguiente, las raíces entre el Santo Cristo de Burgos y el continente asiático son estrechas. Hasta tal punto que el galeón en cuestión tiene su origen en los puertos asiáticos, donde artesanos autóctonos construían los galeones de Manila con material de la zona.

Cuenta la tradición que, volviendo de Flandes, un mercader que estaba a punto de naufragar en alta mar halló en el navío un ataúd de madera que contenía un Cristo de un realismo arrebatador. Allí le hizo la promesa de que, si sobrevivían a la tempestad, levantaría una capilla en Burgos para que todo el mundo pudiera venerarle.

Y así fue como la capilla del Santo Cristo de Burgos se erigió en la misma Catedral y se puede visitar frente al Papamoscas. La imagen tiene unas características que la hacen ser especialmente impactante, puesto que este Cristo aritculado está hecho con piel de vacuno y el cabello es de origen natural. La leyenda cuenta que le crecen el pelo y las uñas.