La Policía Nacional ha desarticulado una banda asentada en la provincia de Burgos y dedicada a la trata de personas para su explotación sexual. En total, han sido detenidos cuatro ciudadanos españoles de origen colombiano y se ha liberado a cinco mujeres que estaban siendo obligadas a ejercer la prostitución. Paralelamente, la Policía Nacional considera que la banda podría estar detrás de la captación de más mujeres obligadas también a ejercer la prostitución.
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Según han explicado esta mañana el delegado del Gobierno en Castilla y León, javier Izquierdo, y la inspectora jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras, Ana Mélida, al investigación arrancó a mediados del pasado verano, cuando se detectó «un flujo de mujeres de origen colombiano que, de forma creciente, terminaban trabajando» en el club de alterne 'Deseos', en Miranda de Ebro.
Esa circunstancia llevó a los agentes a sospechar de la posible presencia de un grupo organizado dedicado a la explotación sexual y la trata de personas. Y finalmente, tras varios meses de investigaciones y seguimientos en el marco de la operación 'Vota', los agentes procedieron el pasado día 20 a detener a los cuatro integrantes de la banda, formada por tres hombres y una mujer (D.G.G., de 55 años; B.S.O.G, de 25 años; J.O.G., de 48 años; y C.J.A.H., de 71 años). Tres de ellos ya se encuentran en prisión provisional a la espera de juicio, mientras que el cuarto ha quedado en libertad provisional con medidas de seguimiento.
Tal y como ha explicado Mélida, ha sido una «investigación costosa» dada la existencia de varios pisos donde ejercían la prostitución las mujeres. Según ha podido constatar la Policía, la banda, que estaba «perfectamente organizada», captaba a las mujeres en Colombia, aprovechando la situación de precariedad económica que atravesaban. Allí les ofrecían un falso contrato de trabajo y les pagaban el viaje a España, donde las obligaban a prostituirse para pagar la deuda contraída.
En un principio, su actividad parecía centrada en el club de alterne mirandés, pero a raíz del decreto del estado de alarma, que obligó al cierre de estos locales, la organización criminal había recolocado a las mujeres en varios pisos tanto de Miranda de Ebro como de Burgos capital. En este sentido, la banda mantenía un férreo control sobre las mujeres. Así, además de mantenerlas vigiladas a través del móvil, en dos de los pisos utilizados por el grupo se han encontrado cámaras que registraban todos los movimientos de las mujeres.
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Una vez consolidada la investigación, los agentes procedieron a la detención de los cuatro integrantes de la banda en Miranda (uno) y Burgos (tres) y al registro de hasta seis domicilios en ambas localidades. En dichos registros se encontró dinero en metálico y numerosa documentación que se está analizando.
En principio, los agentes han podido acreditar que la banda criminal habría traficado con al menos una docena de mujeres en el último año. Cinco de ellas, que se encontraban en los pisos en el momento del registro, han sido ya liberadas. Además, la Policía Nacional mantiene la investigación abierta para comprobar si ha habido más mujeres afectadas.
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Por todo ello, a los cuatro integrantes de la banda se les imputan en diferentes grados de participación, los delitos de trata de seres humanos, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los derechos de los trabajadores, relativos a la prostitución, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.
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