![La covid-19 pudo con el campamento que sobrevivió a la tragedia de Golmayo](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202007/11/media/cortadas/arandauno-kgxG-U110757178557XjG-1248x770@El%20Norte.jpg)
![La covid-19 pudo con el campamento que sobrevivió a la tragedia de Golmayo](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202007/11/media/cortadas/arandauno-kgxG-U110757178557XjG-1248x770@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Las tiendas de campaña en el pinar con vistas a los viñedos de la Denominación de Origen Ribera del Duero esperan cada mes de julio, las risas y los abrazos de los reencuentros. El rostro de la auténtica felicidad. De pequeños y no tan pequeños. ... Los nervios de las primeras veces, las ansias del regreso, incluso la responsabilidad de aquellos monitores que un día fueron acampados. 37 años de historias, de amistades inquebrantables, de amores juveniles, de vocaciones religiosas y profesionales, incluso, tristemente, de tragedias. Aquella que hace 20 años, un 6 de julio, hizo que todo se viniera abajo. En un ejercicio de fe y fortaleza, se aprendió a convivir con ese dolor y seguir adelante, manteniendo siempre en el recuerdo a aquellos que perdieron la vida cuando viajaban hacía su campamento de verano.
En el colegio de San Gabriel, situado en La Aguilera, una pedanía de Aranda de Duero, todo ha cambiado durante este mes de julio. No hay jolgorio, ni gritos de guerra, ni susurros y risas contenidas por las noches. Los 200 chavales, de entre 10 y 16 años, que habitualmente acampan cada año en los exteriores del centro educativo, esta vez no están y se les echa de menos. La alerta sanitaria por la covid-19 y las medidas restrictivas, han hecho que, por primera vez, desde 1984, los alumnos de los centros de la congregación en Cataluña, Madrid y Burgos, no compartan confidencias a pie de tienda.
Una decisión dura, sobre todo, para Dionisio y Faustino, dos de los religiosos que fundaron la actividad y que todavía permanecen en el centro educativo. «Poner un punto y seguido les ha costado mucho, ha sido difícil para ellos», cuenta el actual responsable del colegio, Enrique García Agüera. «Lo hemos tomado como un aplazamiento, ya que es la actividad más consolidada del conjunto de nuestros colegios de toda España», mantiene. En esta línea, recuerda que la cita se ha celebrado de forma ininterrumpida, incluso en el año 2000, cuando sucedió el accidente de Golmayo (Soria) en el que perdieron la vida 28 personas que iban a participar en el campamento. «Entonces mantuvimos un segundo turno por recomendación de los expertos y profesionales, como recuerdo y homenaje», indica.
Ahora, la prudencia y el sentido común no han dejado otra salida que la suspensión de este campamento deportivo, lúdico y cultural; que prevé diversas actividades en la naturaleza y también rutas turísticas para conocer el patrimonio regional, con visitas a Burgos, Segovia o Santo Domingo de Silos. «La actividad supone una convivencia muy directa, al desarrollarse en tiendas de campaña donde duermen de seis en seis, no podíamos arriesgar con la crisis sanitaria que vivimos», lamenta Enrique García.
La nostalgia también brota en el actual responsable de San Gabriel, recordando aquellos tiempos, sus días de acampada, hace más de tres décadas. Y es que, muchos de los que empiezan siendo alumnos, luego perviven como voluntarios y más tarde como monitores. «El campamento tiene unos frutos maravillosos. Vocaciones hacia la profesión de maestro, también han aparecido amistades para toda la vida, han surgido parejas que hoy viven felizmente casados, algunos hemos llegado a directores…», detalla.
Si hay algo que siempre está presente en La Aguilera, desde 2000, es el sentido recuerdo hacia aquellos que nunca llegaron, debido al terrible accidente. Ese 6 de julio, veinte años atrás, cuando a la altura de Golmayo, un camión se cruzó en el camino del autobús en el que viajaban los participantes de Viladecans y Ripollet. Murieron 28 personas. Niños acampados, jóvenes voluntarios, profesores, monitores y los chóferes.
«Es verdad que ha pasado el tiempo, pero todos los años lo tenemos muy presente. Hay familias que vienen, cada mes de julio, recorriendo el camino que hicieron sus hijos hacia La Aguilera, parando en Golmayo en el monolito donde luce un poema de Bécquer. Este año queríamos hacer un recuerdo especial, una eucaristía desde allí y la vamos a retransmitir en directo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.