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El último accidente mortal de la N-1 en el que estuvieron implicados un camión, dos turismos y una motocicleta estuvo marcado por el positivo por alcoholemia que registró el conductor del trailer. De hecho, según la Guardia Civil se enfrenta a un delito de imprudencia con resultado de muerte.
El vehículo articulado con matrícula portuguesa viajaba sentido Burgos, pero a la altura de Quintanapalla invadió el carril contrario tras una curva y ocasionó un accidente múltiple con dos fallecidos y cuatro heridos de diversa consideración.
El peor parado fue el primer vehículo que se encontró con el camión de frente. En él viajaba una pareja de Pontevedra de sólo 26 años (el varón) y 22 (la mujer). El turismo se encajó bajo el remolque del trailer, quedando irreconocible.
El suceso tuvo lugar en el kilómetro 254 de la N-I, minutos antes de las tres y cuarto. El otro coche, ocupado por un padre y su hijo, se salía de la vía tras colisionar frontolateralmente.Por último, el tercer vehículo implicado, la moto se caía por efecto del accidente, explica la Guardia Civil.
Hasta el lugar se desplazaron efectivos de Guardia Civil, Bomberos de Burgos y Emergencias Sanitarias-Sacyl. Se solicitó asistencia médica para una persona que había quedado atrapada en el interior de uno de los vehículos siniestrados. Fue necesaria la presencia de tres grúas para levantar el camión, bajo el cual quedaba el turismo en el que viajaban las víctimas mortales.
Sacyl desplazó dos ambulancias de soporte vital básico y un helicóptero medicalizado. A su llegada al lugar, los sanitarios solo pudieron confirma el fallecimiento de dos personas (cuyos restos tuvieron que ser excarcelados por los bomberos en una operación complicada) y evacuaron al Hospital Universitario de Burgos (HUBU) a cuatro hombres, de entre 18 y 58 años, heridos de diversa consideración, según informó el Servicio de Emergencias de Castilla y León.
Este accidente mortal se suma a la larga lista de siniestros que acumula la N-I a su paso por la provincia. Los burgaleses, así como los que transitan por esta vía, llevan años demandado la liberalización de la autopista de peaje AP-1, cuya concesión finaliza el 30 de noviembre. También se está a la espera, desde noviembre, de que se concrete el convenio para el desvío obligatorio de camiones.
Recientemente, Ministerio de Fomento y Junta de Castilla y León aseguraban en un comunicado que seguían trabajando en ese convenio, a fin de desviar de manera obligatoria y bonificada a los camiones desde la N-I a la autopista de peaje, al menos hasta la liberalización de la AP-1.
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