Las clarisas atenderán en el convento a las cinco monjas mayores que no firman la excomunión

La Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu va a enviar al convento de la Bretonera de Belorado a «algunas hermanas procedentes de otros monasterios de la Federación» para atender, «de modo inmediato», a las cinco monjas mayores del cenobio que en ningún momento se han adherido, por voluntad propia o ajena, en el delito de cisma de las diez restantes.

Así lo han anunciado las Clarisas de Aránzazu en el comunicado que el Arzobispado de Burgos enviaba a las 15:00 horas de este sábado a los medios de comunicación. A lo largo de toda la tarde de ayer y la mañana del 22 de junio, la comisión nombrada al efecto, presidida por monseñor Iceta, ha estado reunida para deliberar en este caso de excomunión, informa Burgosconecta.

Para el Arzobispado de Burgos, las hermanas mayores «siguen siendo una prioridad en sus preocupaciones», de ahí que la decisión de enviar otras hermanas clarisas a Belorado haya salido adelante para atender con los cuidados humanos y religiosos necesarios a las más mayores.

En Belorado sigue existiendo comunidad monástica, «formada por las hermanas que no han incurrido en excomunión al no haber secundado el cisma: son las cinco hermanas mayores y otras tres hermanas que, aunque en este momento no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la comunidad al estar incardinadas en ella».

Que acudan otras compañeras y hermanas de las clarisas, que actualmente ostentan la titularidad del convento, es una cosa y que las dejen entrar los comisarios Ceacaro y De Rojas es otra.

En cualquier caso, es necesario que se mantenga la comunidad de Clarisas, canónicamente regulares, (las ocho que se mantienen al margen de los asesores espirituales actuales) para que siga manteniéndose la propiedad del convento a nombre de ellas y no de las que ha decidido abrazar el cisma.

Este extremo es importante porque han sido las diez cismáticas las que se han desvinculado «de la Iglesia conciliar (con denominación Iglesia Católica) el día 8 de mayo, firmando nuestro Manifiesto Católico ante notario, haciéndolo público el 13 de mayo y notificado fehacientemente el día 14 de mayo», como ellas mismas indican reiteradamente.

Mario Iceta sigue con la mano tendida porque la declaración de excomunión es una acción jurídica considerada por la Iglesia «como una medida medicinal, que mueva a la reflexión y a la conversión personal».

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