Cerezo del Río Tirón: Los recuerdos de una ruta romana

Esta milenaria población ocupa una ladera de un cerro elevado que se levanta desde la orilla del río. Cerezo de Río Tirón ha protagonizado momentos importantes en la prehistoria, la época romana y la Edad Media. En un recorrido por el pueblo se puede disfrutar de los recuerdos de sus iglesias y su castillo, pasear por sus dos puentes romanos y visitar su nevera medieval, o pozo de hielo. Esta es una ingeniosa obra arquitectónica para preservar los alimentos a través de un pozo excavado en la tierra. Se dice que numerosos vecinos, tanto de la localidad como de lugares colindantes, acudían a esta pieza de ingeniería a depositar los alimentos que más tarde necesitarían para que conservasen sus condiciones.

Mucho antes de la época medieval, los romanos construyeron varios puentes para conectar a las gentes del pueblo. Hoy en día, aún se conservan dos, el puente de San Ciprián, que sorteaba el arroyo Rudera; y el de San García, que se erigía sobre el río. Ambos aportan un toque singular al pueblo y permiten a lugareños y visitantes recorrer lustros de historia.

En lo que en la actualidad se denomina el Barrio de Arriba, Cerezo vivió su época de mayor esplendor, allá por la Edad Media. El caserío culminaba en un castillo, sus murallas, la iglesia de Nuestra Señora de Villalba y la de La Llana. En la zona más elevada del cerro se construyó el castillo, una fortaleza de gran importancia estratégica durante la época medieval. Actualmente solo quedan algunos restos de la muralla norte. De la iglesia de Santa María de Villalba todavía se conserva su esbelto ábside semicircular y la torre campanario, de construcción más moderna. La portada románica de Nuestra Señora de la Llana fue requisada en Vitoria cuando pretendían trasladarla al extranjero, más tarde se trasladó al Paseo de La Isla y actualmente en el monasterio de San Juan.

Otro de los atractivos se encuentra en la gran cantidad de cuevas que se observan en puntos como el entorno del castillo. De origen visigodo, algunas de ellas constituían auténticos eremitorios rupestres. Destacan por su valor histórico las de Sietefenestras, ya que aparecen documentadas desde muy antiguo y son protagonistas de uno de los milagros de San Vítores. Ya en pleno casco urbano de Cerezo se encuentra la iglesia de San Nicolás, neoclásica del siglo XVIII, que contiene diversos retablos traídos de las antiguas ermitas.

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