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El control de la Plaza del Rey ha provocado un tremendo atasco a primera hora de la mañana.

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El control de la Plaza del Rey ha provocado un tremendo atasco a primera hora de la mañana. Santi Otero-EFE

Burgos, una ciudad a medio gas en la primera jornada de confinamiento

Los controles policiales han generado varios atascos a primera hora, aunque a media mañana, la situación se ha normalizado

Miércoles, 21 de octubre 2020, 12:51

La lluvia persistente acentúa la sensación de confinamiento que vive Burgos desde esta medianoche, un cierre perimetral motivado por el avance de la covid-19 que esta mañana ha provocado algunas retenciones a primera hora, sobre todo por los trabajadores que se dirigían a los polígonos industriales y se han encontrado con controles de la Policía Nacional y Local. Quizá, el más significativo es el que se ha producido debido al control establecido en la Plaza del Rey, punto de entrada y salida fundamental a la ciudad, que ha generado un tremendo atasco, tanto en la avenida Cantabria como en la propia BU-11.

La concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, ha explicado que ayer se celebró una reunión del centro coordinador de emergencias, el CECOPI, en la que se decidió controlar de manera especial 14 accesos y salidas de Burgos, 10 por parte de Policía Nacional y cuatro por la Policía Local. Mientras tanto, en el centro de la ciudad se aprecia una reducción del número de paseantes y poco más.

Los controles instalados a primera hora del día, coincidiendo con la entrada a fábricas, para controlar que quien accediese a la ciudad lo hiciese por motivos laborales y no aprovechase este momento, se han rebajado a lo largo de la mañana. Sobre las 10 horas el control ha bajado pero seguían dispositivos en algunos puntos de la ciudad. Así será durante estos 14 días, aumentándose los puntos de control y su duración de cara al fin de semana.

En este sentido, el alcalde, Daniel de la Rosa, ha asegurado que más allá de los atascos de primera hora, esta primera jornada de confinamiento perimetral se está desarrollando sin mayores complicaciones. Eso sí, los atascos han causado muchos inconvenientes, según ha reconocido, y el objetivo de cara a las próximas jornadas pasa por «agilizar» la entrada y salida justificada de la ciudad en las primeras horas.

Sea como fuere, De la Rosa ha pedido «comprensión y paciencia» a los burgaleses. «Todos somos conscientes de lo que pasó en la primera ola» y «soy de los que piensa que han de tomarse las decisiones oportunas, aunque sean duras». Y el mejor momento es ahora» para intentar salvar como se pueda la campaña de Navidad, ha señalado.

Con los últimos datos antes del confinamiento, Burgos, una ciudad con unas 175.000 personas, registraba una media de 582 positivos por 100.000 habitantes, con cuatro centros de salud en los que se ha producido una ligera reducción en las últimas horas, mientras en los otros ocho siguen por encima de los 500 casos.

La presión hospitalaria en la provincia crece hasta los 150 ingresos, con especial incidencia en el Hospital Universitario de Burgos, donde la ocupación supera el 70% de la dotación de camas ampliada, con 92 pacientes en planta, cinco más en un día, y 21 críticos en la UCI, tres más en las últimas 24 horas.

En el centro de la ciudad, Carlos ha decidido abrir su bar cerca de las diez de la mañana, dos horas más tarde de lo habitual, porque desde el lunes ya había menos clientes, no sabe si «por confusión sobre la normativa o por precaución», y con el tiempo lluvioso «la terraza» ni la han montado.

Explica, en declaraciones a Efe, que no sabe si va a poder mantener su negocio abierto, dependerá del tiempo que dure esta situación y de sus efectos; su local es pequeño y la terraza era su principal respiro desde la llegada de la pandemia.

A pocos metros, tres personas esperan en la cola de la panadería en la calle y hablan casi a gritos por las mascarillas y la distancia de seguridad sobre lo que parece ser el único tema del día, el coronavirus. Se escuchan frases como «se veía venir», «a ver si esto acaba antes de Navidad» o «yo creo que nos pondrán toque de queda». Los paraguas ayudan hoy a mantener la distancia de seguridad, aunque también contribuyen a una cierta sensación de tristeza en la ciudad.

Desde la Confederación de Asociaciones Empresariales, su secretaria, Emiliana Molero, reconoce, aún sin datos recientes, que tienen la sensación de que las exportaciones han bajado bastante, aunque por debajo de las medias estatal y autonómica.

Sin embargo, el potente sector agroalimentario está funcionando a pleno rendimiento y los de venta de equipamientos y reformas están viviendo un «buen momento que no esperaban», seguramente porque se está pasando «más tiempo en casa» y la gente quiere estar «más cómoda».

El confinamiento perimetral comenzó esta pasada medianoche y se mantendrá los próximos catorce días, a la espera de la resolución judicial que lo confirme, aunque los últimos datos confirman el crecimiento de nuevos contagios en la ciudad burgalesa.

Entre las excepciones de la normativa que impide entrar y salir de la ciudad figuran razones de trabajo, de salud, legales o educativas, aunque no se ha definido de manera específica la situación de las localidades del entorno de la ciudad.

De hecho, la zona Burgos Rural Norte, que agrupa a numerosos pueblos cercanos a la capital burgalesa, roza los 500 positivos por 100.000 habitantes, mientras la zona Rural Sur apenas llega a los 125

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