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Gabriel de la Iglesia
Miércoles, 22 de febrero 2017, 20:41
Poco a poco, Campofrío vuelve a la normalidad. Tras el incendio y posterior reconstrucción, la planta cárnica de Burgos ha comenzado a navegar a velocidad de crucero y cada lunes se incorporan nuevos trabajadores a sus puestos. Sin embargo, la puesta en marcha de las instalaciones continúa siendo paulatina y todavía faltan por entrar unos 200 trabajadores, es decir, casi la tercera parte de la plantilla total, que hasta finales de mayo o principios de junio no se completará totalmente.
Así al menos lo estipula el último acuerdo alcanzado entre el comité de empresa y la dirección de la planta, mediante el que se prorrogó el permiso retribuido otros 70 días para facilitar la puesta en marcha de todos los equipos. Un acuerdo que el presidente del comité de empresa, Hilario Sancho, confía en cumplir.
«Estamos entrando escalonadamente, según las necesidades de producción», pero «la fábrica es muy grande y hay mucha maquinaria que ajustar», por lo que habrá que tener paciencia, ha asegurado Sancho durante una movilización de UGT y CCOO. En estos momentos, la situación más complicada se está viviendo en la zona de loncheados, donde las obras de construcción aún no han acabado del todo. «Han tenido que picar el suelo y todavía faltan algunas cosillas», añade.
Sin embargo, insiste, el acuerdo está sobre la mesa y nada hace dudar que no se pueda cumplir. «La gente va entrando y otros van saliendo» para equilibrar los días de vacaciones de unos y otros, pero las medidas de «flexibilidad» deberían ir concluyendo en los próximos meses, explica Sancho.
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