isabel martín
Ávila
Jueves, 11 de abril 2019, 15:22
Los 272 habitantes de la localidad abulense de Peguerinos disponen desde hace unos días de un desfibrilador en la sala de espera del consultorio médico. Lo curioso es que la iniciativa parte de la Asociación de Turismo de Peguerinos (ATHOSCOPE), que ha apostado por destinar el dinero de las cuotas de la asociación, así como de la venta de lotería, en realizar inversiones que favorezcan el estilo de vida en este municipio de la zona de Pinares, lindante con Madrid, con la perspectiva real de que en verano, fiestas y fines de semana la población suele alcanzar los 2.000 habitantes. A partir de ahora, contarán con esta nueva forma de cardioprotección.
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Pero, ¿por qué un desfibrilador? Según cuenta Juan Fernando Casado Tormo, presidente de ATHOSCOPE, la idea surgió de algunos socios y vecinos. En sus dos años de vida, la asociación había realizado diversas aportaciones «por si no perdurara, que al menos algo siguiera vivo» de lo que habían hecho.
Desde esta entidad decidieron, pues, hacer «algo más serio» y estudiaron la posibilidad de adquirir un desfibrilador que pudiera garantizar la seguridad de los vecinos y cardioproteger también a los visitantes «de manera eficiente en caso de que se produzca un accidente cardíaco en el pueblo». Esta iniciativa aportará «una seguridad añadida muy importante», ya que Peguerinos «se encuentra fuera de las grandes vías de comunicación».
La afluencia turística, fortalecida por las numerosas actividades en la naturaleza y los campamentos infantiles y juveniles, así como el turismo rural, constituyen una de las principales fuentes de riqueza del pueblo. Y aunque en invierno son pocos los vecinos, «los servicios no pueden estar acordes a los habitantes que hay en invierno», sino a los momentos en los que hay picos de población, argumenta Casado.
Alquiler con mantenimiento
Así que los miembros de la asociación empezaron a «bichear» las distintas posibilidades y se decidieron por el 'renting', de forma que, además de disponer del desfibrilador, se garantizan los servicios de mantenimiento, actualización, seguimiento y formación. Esto último tendría, si no, un coste añadido «importante».
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Hay ocho personas «pendientes de hacer un curso de formación», nos cuenta Juan Fernando Casado. Aunque el equipo es fácil de usar y «cualquier persona neófita» puede aprender fácilmente, porque el propio aparato te impide «cometer una negligencia», la formación para el uso de este aparato es obligatoria. Aun así, el presidente de la Asociación de Turismo de Peguerinos confía en que este sistema se extienda cada vez más a otros municipios y que «poco a poco» sea de fácil acceso para todos.
La asociación también se ha puesto en marcha para financiar el coste mensual del alquiler del desfibrilador con la venta de pulseras, a 2 y 3 euros, en el pueblo.
Equipo DESA
El equipo que se ha adquirido en Peguerinos es un desfibrilador externo semiautomático (DESA), el más extendido por su fácil manejo y portabilidad. El último registro público de equipos DESA de la Junta de Castilla y León indica que en la provincia de Ávila hay 27 desfibriladores de este tipo, de los 700 existentes en toda la región a fecha 31 de diciembre de 2017, con 1.553 autorizaciones sanitarias para su uso por parte de personal no sanitario –de las casi 32.900 autorizadas en Castilla y León-.
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Un desfibrilador «nos puede ayudar a salvar vidas», confiesa Casado Tormo. El aparato está ubicado en una zona de fácil acceso y a la vista de todos y puede suponer una diferencia entre poder atender rápidamente a alguien que está sufriendo un infarto, en lugar de, simplemente, esperar a que lleguen los servicios de emergencia.
Lo ideal, comenta el presidente de la asociación, es que este equipo funcionara como un desfibrilador operacional conectado (DOC); es decir, un DESA portátil y móvil que permanece activo y conectado las 24 horas con servicios de telecontrol y geolocalización pero, sobre todo, con la posibilidad de teleasistencia. Sin embargo, en Peguerinos esto es, de momento, imposible debido a que solo hay buena cobertura «en el casco urbano». «No tenemos wifi en algunas zonas», lamenta Casado, así que solo se puede usar de forma «conectada» en los sitios donde sí existe conexión de Internet.
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Debido a este «pequeño» detalle, el desfibrilador no puede usarse en los alrededores de la población ni sirve para aquellos excursionistas que se hallen en una zona donde no haya comunicación, se queja Juan Fernando Casado. En esos casos habrá que usar el método tradicional: llamar al 112, seguir instrucciones y esperar a que lleguen los servicios de emergencia.
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